El hombre que reciclaba demasiado: multado por instalar una isleta de reciclaje alternativo en Cádiz

  • Cansado de no tener contenedores para reciclar, Salvador instaló unos hechos por él

  • Le han puesto una multa que puede llegar a los 30.000 euros

  • Ecologistas en Acción exige el archivo del expediente sancionador

Salvador González lleva toda su vida luchando por sus conciudadanos. Fue presidente de la Federación Local de Asociaciones de Vecinos del Puerto de Santa María, presidente de la Federación local de Madres y Padres de Alumnos, pero si hay algo que fue antes que todo, es ecologista. Hace ya cuarenta años, este enfermero de 63 años, comprendió que sin el planeta no somos nada.

"En 1983 tuve la suerte de ver a dos tíos que iban gritando en un seiscientos", cuenta Salvador. "Gritaban para convocar a la gente a defender las playas más vírgenes que había en la bahía, una belleza de playas, y me dije: ahí están los míos".

"En 1983 tuve la suerte de ver a dos tíos que iban gritando en un seiscientos. Gritaban para convocar a la gente a defender las playas"

Con `los suyos´ Salvador emprendió mil y una batallas medioambientales. consiguieron la recuperación del río Guadalete, consiguieron una depuradora, y que muchos vecinos adquirieran conciencia cívica. Así que ahora, ya jubilado, y cansado de ver que en el único contenedor cercano a su casa se acumulaba todo tipo de basura, decidió actuar.

"Me he dado cuenta de que la revolución empieza por tu calle. por tu casa y por tu contenedor", dice Salvador."En el contenedor coinciden todos tus vecinos, de izquierdas o de derechas, y me he dado cuenta de que la mayoría tienen compromiso cívico".

Lo que, traducido a la acción, llevó a Salvador a poner unos contenedores de cartón hechos por él mismo para que sus vecinos pudieran reciclar y, no contento con eso, los completo con un exorno. Cada día recogía lo que los vecinos habían depositado, y Salvador los llevaba del punto alternativo a un punto oficial. Así iban las cosas hasta que intervino la autoridad.

"Llegó un policía local y dijo, ¿y esto?. Esto, le respondí, es que no tiene sentido que con todas las calles que hay alrededor sólo haya un contenedor gris, que tiene que haber contenedores de reciclaje. El guardia hasta me felicitó".

No hubo tanta suerte al cabo de unos días. Tras las quejas de algún vecino disconforme, la policía se presentó a las doce y media de la noche.

"En la multa pone a la una, pero se que era a las doce y media porque estaba jugando a las cartas con mi cuñado que es un reloj", se ríe Salvador "Y llevaba toda la noche diciendo a las doce y media me voy, y cuando abro la puerta para que se vaya, me veo a cinco agentes cortando la calle. Pensé que era un operación antiterrorista".

No lo era. Era una operación para exigirle que retirara su isleta de reciclaje alternativa. Salvador optó por la resistencia pacífica

"Lo hizo Ghandi, lo hizo Martín Luther King, les dije, y ahora, como estaba jugando al poker con mi cuñado, y no me he traido las cadenas, añadí, ahora meto las manos en el contenedor azul de papel, y como otros personajes históricos me resisto pacíficamente", cuenta riendo Salvador.

"Me he dado cuenta de que la revolución empieza por tu calle. por tu casa y por tu contenedor"

A la autoridad, la resistencia, ni que fuera pacífica, le sentó muy bien. A Salvador le han propuesto para una sanción de entre 600 y 30.000 euros. Ecologistas en Acción ha exigido que se archive el expediente abierto a Salvador y reclama al ayuntamiento, que en vez de sancionarle, le felicite por su iniciativa.