Una llamada telefónica alertó al 112 de una posible relación de violencia de género. Este supuesto movilizó a los efectivos policiales, que se presentaron rápidamente en el domicilio. Allí un joven de 19 años de edad negó que estuviese acompañado de alguien más, algo que no convenció a los agentes que se adentraron en la vivienda localizando en un "zulo" a la mujer.
Refugiada, en el interior de la guarida, se encontraba la joven de 20 años. Ella misma alertó a los cuerpos de seguridad que permanecía allí siempre "como un castigo" determinado por su pareja. Una tercera persona aseguró haber visto la agresión a la chica y, también una orden de alejamiento de la víctima, propició la su detención.
El acusado se enfrenta a un proceso judicial por un presunto delito de violencia de género y por incumplir una orden de alejamiento de su pareja, así como también por encerrarla "como castigo" en el interior del zulo.
Sin embargo, la mujer afectada también tuvo que ser detenida al "agredir a uno de los agentes" para intentar evitar la detención del que era hasta entonces su novio. En este caso, como en otros de este ámbito, la chica se puso del lado del detenido a pesar de estar encerrada por él y supuestamente agredida en otras ocasiones.
Además, la Policía requisó en el lugar diez dosis de hachís preparadas para su venta al por menor. Los detenidos ya han pasado a disposición judicial, con el inmediato ingreso en prisión del joven. Ella, por su parte, quedó en libertad con cargos y la obligación de acudir semanalmente al juzgado a testificar. De esta manera, la Policía pone fin a estos delitos: uno por punto de venta de droga en la parroquia de Cans y un supuesto caso de violencia de género.
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