Alice Burton Bradford, una joven de 27 años, falleció tras beber alcohol con el estómago vacío en su casa de Brighton (Reino Unido) durante el confinamiento motivado por la pandemia de coronavirus. La chica, que era fanática del fitness y según sus amistades no era alcohólica, colapsó a causa de una rara complicación metabólica, cetoacidosis alcohólica.
Su amigo Aaron Mulvay, de 30 años, conocía a Alice desde hacía ocho años y está conmocionado por su trágica muerte: "Fue absolutamente un shock horrible. Nadie lo esperaba en absoluto". Coincide en que Alice siempre estaba corriendo o ejercitándose en bicicleta, y no solía beber. “No estamos seguros de cuánto había bebido ese fin de semana, pero no era alcohólica. “No había comido lo suficiente y le había provocado ácido en el estómago", relata Aaron.
"Fue tan repentino que ni siquiera tuvo que ir al hospital, sino que salió a su jardín y falleció allí" rememora su amigo, que recuerda que la había visto por última vez tres semanas antes, con su bicicleta: "Es tan extraño que si hubiera sabido que sería la última vez que la vería, le habría abrazadp , pero no pudimos en ese momento porque estábamo confinados". Alice murió el mes pasado y está pendiente que se realice una investigación sobre las circunstancias de su fallecimiento.
Aaron describe a Alice como una persona divertida que amaba la naturaleza y correr. Sacó a su perro a pasear a la playa y se ejercitó todos los días durante el confinamiento. El amigo, que está en contacto cercano con la familia de Alice que vive en Cornwall, ha recaudado poco más de 1.000 euros hasta ahora en una campaña de crowdfunding para un memorial conmemorativo con el que poder despedirse de Alice. "Nos gustaría ponerlo en los acantilados de Roedean, donde solía pasear a su perro, o en un bonito parque porque le encantaba la vida salvaje. Tenía muchos amigos y la vamos a extrañar muchísimo", agregó.