Un juzgado de Santa Coloma de Farners, en Girona, investiga a una mujer por un caso de sustracción de menores tras llevarse a su hija a vivir a un pueblo de Extremadura durante 11 años para impedir que su padre la viese. Alega que lo hizo porque creía que el hombre estaba abusando de la menor, según publica 'El Periódico'; y, confiesa, "yo ya he ganado como madre".
En junio de 2010, según relata Ernest Plaja, el abogado del padre de la menor, la madre de la niña, de entonces 4 años de edad, envió una carta al progenitor. La menor está "bien", decía, informándole de que buscarían la forma de que la pudiese ver. Se la llevó, según publica el mismo medio que cita las declaraciones de la mujer en TV Costa Brava, porque sospechaba de los abusos secuales del hombre hacia su hija.
Desde entonces, y a pesar de que esta le había dicho que buscarían la forma de que la pudiese ver, el padre no volvió a saber nada de la menor, de si estaba "viva o muerta". Así las cosas, el 15 de octubre de 2010 el juzgado juzgado de instrucción 4 de Santa Coloma de Farners abrió diligencias previas por un delito de sustracción de menores tras la denuncia del hombre.
Previamente a la sustracción de menores, ante la denuncia de los supuestos abusos, el mismo juzgado ya había investigado el caso, que concluyó cuando madre e hija ya estaban fuera de Cataluña, en marzo de 2011. Entonces, lo archivaron alegando que tras realizar análisis y exploraciones, además de tomar declaraciones, no había "ningún indicio" de abusos sexuales".
Sin embargo, convencida de ello, la madre de la niña se marchó con esta a un pueblo de Extremadura, donde han vivido durante once años, hasta que voluntariamente el miércoles la mujer se personó sin su hija y asistida por su abogada en el juzgado donde ha alegado que cada vez que la niña estaba con su padre, no volvía en "buenas condiciones".
De hecho, no muestra remordimientos por lo ocurrido. "Yo he salvado una vida y lo volvería a hacer, la niña ahora está muy bien, es feliz", declaró a TV Costa Brava, añadiendo que a pesar de las posibles consecuencias que pueda tener, "yo ya he ganado como madre".
El jueves, a petición del juzgado, la mujer acudió con su hija que declaró tener "miedo" de su padre, que tiene su guardia y custodia desde 2012. No obstante, accedió a verlo aunque poniendo ella las condiciones de las visitas.
Un día después, como medidas cautelates, se ha dictado un auto por el que se retira el pasaporte a la madre y a su hija y se les prohíbe salir de Cataluña. Además, la mujer tendrá que comparecer en el juzgado cada semana, según el mismo medio que se hace eco de una información publicada por TV3.