Yasmina Andrés tiene de 34 años y acaba de tener un bebé. Hasta aquí todo dentro lo habitual. Sin embargo, ella está en silla de ruedas desde los 16. Admite que tener un hijo le impone. Se siente señalada por la sociedad pero está feliz. Es la segunda mujer con lesión medular a causa de un accidente que se ha adherido al programa del Valle de Hebrón para tener un bebé.
Yasmina Andrés ha posado hoy con los médicos del hospital de Vall d’Hebron de Barcelona donde nació su hijo Rafa el pasado cuatro de octubre. Junto a ella está su marido, también Rafa, que con el resto de su familia, es su gran apoyo.
Juntos han emprendido la tarea más difícil para cualquiera, más aún para ella que está en silla de ruedas por un accidente de tráfico que sufrió con 16 años. Hay pocos casos de mujeres con lesión medular que hayan tenido un hijo y eso le da miedo. Tampoco le ayuda, admite, como la mira la sociedad.
Sin embargo, ella y sus dos Rafas son felices. Su embarazo fue natural. El parto fue inducido porque el bebé no quería salir. La experiencia de notar a su bebé en su tripa en el séptimo mes dice que fue "única". Los últimos días admite que estaba incómoda por el peso. Los médicos del Vall D`Hebrón le han reducido la medicación para que pueda dar el pecho durante tres meses.
Ha sido posible gracias a un nuevo programa multidisciplinar de atención integral a la salud sexual y reproductiva para personas con lesión medular que, oficialmente entra en funcionamiento en Enero. Los médicos esperan poder atender a 30 mujeres al año. El jefe de la Unidad de Reproducción Asistida, Julio Herrero, ha asegurado que el programa de Vall d'Hebron es pionero en el Estado por su "enfoque global" ya que aúna un abordaje que incluye a la Unidad de Lesionados Medulares, el Servicio de Ginecología, el de Urología y profesionales del de Psiquiatría, y tiene la voluntad de ser referente.
Yasmina cuenta su experiencia para que otras mujeres vean que es posible. Asegura que hay mucha desinformación al respecto y quiere aportar su granito de arena para que más gente se anime. Reconoce que tenía sus miedos durante el pacto, pero que ya se ha dado cuenta que lo peor llega con el posparto: "Me di cuenta tras el parto que lo peor estaba por llegar", aunque reconoce que el bebé les ha dado la vida.
El programa del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona incluye también un apartado tan importante como el de la educación sexual tanto para hombres como para mujeres. También, en el caso de que sea necesario, tratamiento de reproducción asistida. El seguimiento de las mujeres en todo el proceso del embarazo es vital sobretodo para intentar evitar complicaciones como úlceras por presión, espasticidad, trombosis venosa profunda y alteraciones esfinterianas.
Pese a que la mayoría de las mujeres con lesión medular experimentan un período de ausencia de la menstruación de seis a doce meses tras la lesión, entre el 50% y el 90% recupera el ciclo mensual y no ven alterada su capacidad de quedar embarazadas, ha explicado en una rueda de prensa Karla Rojas, de la Unidad de Lesionados Medulares y la Unidad de Suelo Pélvico.
Lo que sí es una realidad es la falta de deseo sexual y la consciencia de que todo es más difícil en su caso. Por este motivo las tasas de embarazo en mujeres con lesiones medulares es baja. Este proyecto ayudará a ellas y a sus parejas. De hecho nació cuando una joven lanzó esta pregunta a los doctores tras saber que tenía una lesión medular: “¿Podré ser madre?”. Yasmina ha demostrado que sí se puede. Y que es difícil, pero toda una gozada.