Este porcentaje ha sido facilitados por el director del Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, Julio Laria, y el responsable de homologación de Ford España, Manuel Luna, en una rueda de prensa en la que han dado cuenta del estudio "Panorama de la Seguridad Infantil en el Automóvil (1990-2009)".
El informe, según los representantes de Mapfre y Ford, debe llevarnos a una reflexión, especialmente a los padres que alegan en la mayoría de los casos para no utilizar estos sistemas de retención que el trayecto va a ser corto o simple pereza.
Máxime debe hacerles reflexionar, según los expertos, si tenemos en cuenta lo que apuntan diferentes estudios: entre el 50 y el 80 por ciento de las lesiones mortales y graves en los niños por accidentes de tráfico se podrían evitar si se colocaran sistemas de retención infantil adecuados.
El estudio presentado recalca que los accidentes de tráfico son la primera causa de muerte accidental o violenta en los menores de 14 años, pero no obstante evidencia que la evolución durante los últimos veinte años ha sido "muy positiva" ya que se ha reducido la mortalidad en un 80 por ciento.
En 1990 murieron en las carreteras 307 niños menores de 14 años, mientras que el año pasado fueron 60 los que perdieron la vida, aunque otros 489 resultaron con lesiones graves y 4.722 leves.
De esos sesenta niños, cuarenta fallecieron en accidentes registrados en carreteras - 34 ocupantes de vehículos, dos de bicicleta, uno de ciclomotor y tres peatones- y veinte en ciudad, de los que 19 eran peatones.
Una trágica cifra que, según Laria, plasma la necesidad de reforzar los mensajes relacionados con la seguridad vial, pero no sólo cuando los niños viajan como pasajeros, sino también cuando se desplazan como peatones
La cifra de niños ha disminuido considerablemente en las últimas dos décadas y las razones hay que buscarlas en el cambio de legislación y en la mejora de las infraestructuras y las campañas y diseños de sistemas de retención infantil que han permitido una reducción de la mortalidad en un 80 por ciento, un porcentaje que es algo inferior en los más pequeños, en los bebés de cero a un año.
En 1990, la legislación española permitía que los niños menores de doce años pudieran ir en los asientos traseros sin sistemas de retención infantil.
Dos años después se permitía que los niños menores de dos años pudieran ir en los asientos traseros encima de las piernas de los padres y los menores de doce años contaban como media plaza.
En 2006, la legislación cambió, se hizo más restrictiva y obligaba al uso de sistemas de retención infantil hasta 1,35 metros de estatura, la altura mínima permitida para que el cinturón del automóvil actúe correctamente.
A pesar de que la evolución de la seguridad vial infantil ha avanzado, Mapfre y Ford creen que hay que seguir fomentando este aspecto y, por ello, han continuado con su campaña para facilitar a los clientes de sus talleres sillas infantiles homologadas.
Pero son conscientes de que la medicina también debe incorporarse a esta tarea, como ocurre en otros países en que los médicos advierten a los padres que salen de los hospitales tras tener a su bebe que deben protegerlos con algún sistema de retención.
Laria ha propuesto que los hospitales cuenten con un determinado número de sillitas y se ha ofrecido incluso a colaborar con esta iniciativa si fuera necesario.