Se trata del trabajado A.M.C, oficial de mantenimiento de ciclo corto del suburbano y que fue el segundo empleado de la compañía al que se le reconoció la enfermedad profesional por desarrollar un cáncer a causa de la exposición al amianto. Se incorporó al suburbano en 1984.
Fuentes sindicales han explicado que este trabajador tenia la enfermedad muy desarrollada y que su estado de salud durante los últimos meses se había deteriorado bastante.
El Instituto Nacional de la Seguridad Social reconoció la enfermedad profesional a tres trabajadores por considerar que sus respectivas dolencias estaban motivadas por estar en contacto con amianto. El primero de ellos fue reconocido a finales del año pasado, y los otros dos, incluido el fallecido, ya en 2018.
Además, uno de estos trabajadores (Santos González Roldán), que estuvo en mantenimiento de escaleras en la época a principios de la década de los 80, compareció recientemente en la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid y expuso que no recibió información ni formación sobre el amianto.
La Inspección de Trabajo ha propuesto una sanción a Metro de Madrid valorada en 191.000 euros por considerar que la compañía no tomó medidas suficientes para evitar los riesgos de exposición al amianto de sus trabajadores, a raíz de que se reconociera el primer caso de enfermedad profesional. También derivó el caso a la Fiscalía, que inició diligencias de investigación.
Por otro lado, este departamento también ha propuesto una sanción administrativa a Metro por entender que se retrasó a la hora de inscribir a Rodríguez Roldán en el registro de enfermedad profesional (CEPROS).
A su vez, Metro ha indicado recientemente que ha realizado más de 390 exámenes médicos de los 470 previstos a trabajadores de la empresa, de los cuales todos han dado hasta el momento resultado negativo.