Todo tuvo lugar la tarde del pasado miércoles día 3 de julio, cuando lo que era un día de celebración en el área recreativa de los Gávitos, en Corvera, Asturias, tornó repentinamente en tragedia.
Allí se encontraban dos niñas de 10 y 11 años que celebraban el cumpleaños de una de ellas junto a sus familias cuando decidieron acercarse al agua del embalse de Trasona y, de pronto, una de ellas resbaló y se precipitó. La otra, la más pequeña, intentó ayudarla, pero al final ambas acabaron cayendo.
Fue un hombre que se encontraba realizando piragüismo en la zona, un guardia civil jubilado, el que las sacó del agua en cuanto las vio e intentó reanimarlas hasta la llegada del personal sanitario.
Inmediatamente, las niñas, de nacionalidad rumana y residentes una en Oviedo y la otra en Pravia, fueron trasladadas en estado grave al Hospital Universitario Central de Asturias.
Era el sábado cuando llegaba el primer golpe para las familias: la niña de 11 años moría en el hospital.
La otra menor, por su parte, luchaba por su vida en la UVI pediátrica con pronóstico grave, pero este mismo jueves se ha conocido su fallecimiento, tal como han confirmado fuentes del Gobierno asturiano, lamentando el trágico desenlace.