La científica española Margarita Salas ha fallecido en Madrid a los 80 años de edad, según han confirmado fuentes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Salas (Canero, Asturias, 1938), investigadora del CSIC en el Centro de Biología Molecular 'Severo Ochoa', descubrió la AND polimerasa del virus bacteriófago phi29, que tiene una aplicación crucial en biotecnología: permite amplificar el ADN de manera sencilla, rápida y fiable. Por ello se usa en medicina forense, oncología y arqueología, entre otras áreas. Esta tecnología ha sido además una de las patentes más rentables del CSIC.
El responsable de la Unidad de Genómica del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Ángel Zaballos, considerado uno de los 'discípulos' de Margarita Salas, ha lamentado la muerte de la bioquímica asturiana este jueves a los 80 años de edad como consecuencia de una parada cardiaca.
Zaballos perteneció a su equipo más directo entre los años 1983 y 1990, período en el que Salas dirigió su tesis doctoral, que obtuvo en 1989 la calificación de 'cum laude' en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Precisamente este trabajo abordó la caracterización de dominios funcionales en la proteína terminal del bacteriófago phi29, un virus que centró gran parte de las investigaciones de la relevante científica española.
Después de 1990, sin embargo, Ángel Zaballos nunca perdió el contacto con Salas, al igual que otros muchos de sus pupilos. "Sus colaboradores somos como una familia. Margarita siempre nos ha tenido en permanente contacto. Cada cierto tiempo nos reuníamos todos, y hacíamos encuentros en parte científicos y en parte amistosos", explica.
Al igual que se califica a Margarita Salas como 'discípula' del premio Nobel Severo Ochoa, Zaballos se considera alumno de la científica española. "Todos vamos reconociendo a nuestros mentores. Somos en parte hijos de Severo Ochoa, pero más directamente nos reconocemos como 'discípulos' de Margarita. Somos de su escuela", detalla.
Tal era la relación con sus colaboradores más estrechos que, de hecho, en 2017 la prestigiosa revista científica 'Nature' premió a Salas con un 'Nature Award for Mentoring in Science' por su tutoría ejemplar de otros científicos. La publicación lleva organizando estos premios anuales desde 2005 en varios países y regiones para defender la importancia de la tutoría e inspirar a toda una generación de jóvenes científicos en el país donde celebra cada edición.
El científico del ISCIII califica a Salas como "una persona muy rigurosa". "Siempre ha tenido ese contacto profesional con todo el mundo. Tenemos muchas anécdotas de cosas muy científicas, que son difíciles de apreciar, pero era una persona extremadamente sencilla. No se creía por encima de nadie", asegura.