Las manos de Forges han dado luz a más de 250.000 viñetas. Todo por una encefalitis infantil que le mantuvo meses y meses en cama, algo sobre lo que también ironizaba. Para entretenerse cogió papel higiénico y bolígrafo y se puso a dibujar. De ahí a personajes que ya forman parte de nuestro día a día como las entrañables abuelas Cosma y Blasa o el ya famoso matrimonio. Una crítica con toques de humor que nos pone frente al espejo.
De madre catalana y padre gallego, se podría definir a Forges como un autor comprometido. El ahora fallecido a causa de un cáncer sorteó como pudo la censura franquista, luchó contra el terrorismo y reflejó mejor que nadie el 15M; o lo que es lo mismo, reflejó más de medio siglo de historia de España. La corrupción se convirtió en objeto de crítica constante en sus dibujos.
Sobre Forges, El País asegura que "supo plasmar con ternura e ironía la evolución de una sociedad que pasó del desarrollismo franquista de sus primeros dibujos al mundo hipertecnológico de su última etapa". Algunos políticos han querido despedirse a pesar de las críticas que el genio gráfico lanzó contra ellos.
Una carrera llena de reconocimientos: recibió la medalla de oro al mérito de Bellas Artes y el rey Felipe VI le entregó el premio humor gráfico de Quevedo. Fallece después de un año luchando contra el cáncer de páncreas, después de más de 50 años sacándonos sonrisas de nuestros problemas. “No me lloréis, sonreís”, llegó a decir. Y así quería ser recordado y ésta es su última caricatura de la actualidad política.
Forges, hijo del escritor y periodista Antonio Fraguas Saavedra, que cuando le comentó que quería ser dibujante le espeto "que se reconozca un dibujo tuyo a quince metros", nació en Madrid el 17 de enero de 1942. A los 14 años empezó a trabajar en Televisión Española, donde comenzó a dibujar, y ha colaborado para las principales revistas españolas de humor españolas, desde 'Hermano Lobo', 'La Codorniz', o 'El jueves', así como en diarios de información general como 'Pueblo', en donde publicó su primera viñeta de la mano de Jesús Hermida en 1964, 'Informaciones', 'Diario 16' o 'El Mundo'.
Según precisa El País, comenzó su carrera profesional en el diario nacional el 25 de junio de 1995, fecha en la que empezó a publicar en las páginas de opinión del diario sus personales viñetas en clave de crítica social. Allí ha sido, en El País, en donde se ha publicado el día de su fallecimiento su última viñeta: "Esto del año político flácido es irreparable".