Tal y como explica el medio local, el perro famoso por su lealtad tenía problemas para caminar con facilidad y había perdido parte de la visión. Eso sí, estas enfermedades no le impidieron estar al lado de su dueño hasta su último día de vida.
"El perro tenía una insuficiencia renal que arrastrabas desde hacía cuatro años y por la cual recibía una alimentación especial que le deba la gente de FUPA. Lamentablemente su edad y esta condición, hicieron que no pueda resistir, podríamos haberlo internado, pero era para que muera en la veterinaria, así que preferimos dejarlo y atenderlo en el cementerio, donde él vivía y se sentía tranquilo", ha explicado el veterinario Cristhian Stempels a La Voz.
Así, ‘Capitán’ había fijado su lugar para vivir en el cementerio de Villa Carlos Paz, lugar en el que desde enero de 2007 se hallaba la tumba del que había sido su dueño. La historia tuvo tanta repercusión porque nadie llevó al perro allí, al parecer fue él mismo el que siguió el rastro de su dueño.
En marzo de 2016 Miguel Guzmán, dueño del can, falleció. Tras ello, ‘Capitán’ desapareció a los pocos meses de la casa en la que vivía. Y no fue hasta unos meses después cuando, en una visita al cementerio, se percataron de que el perro había llegado allí, junto a la tumba de Miguel, por sus propios medios.
“El perro apareció solo y dio vueltas por todo el cementerio, hasta que llegó también solo a la tumba de su dueño. No lo llevó nadie hasta ahí. Y eso no es todo: cada día, a las seis de la tarde, va y se acuesta frente a esa tumba”, indicó en su momento Héctor Baccega, director del cementerio, a La Voz.
Además, Baccega continuó relatando que “’Capitán’ recorre el cementerio conmigo todos los días. Pero cuando llega esa hora se va para el fondo, donde está la tumba de su amo. Este perro nos da una lección. Creo que los humanos tendríamos que apreciar más los recuerdos de los que se nos van. Los animales nos enseñan tanta fidelidad”.