Recorrieron un escarpado, estrecho y resbaladizo sendero hasta llegar junto a un acantilado en la localidad de Cala Vinyes, en Calvià Mallorca. Fue allí, junto a las rocas, donde una pareja de veinteañeros disfrutaba de una agradable velada junto al mar cuando todo se torció de forma abrupta. El terreno cedió, y al precipitarse por el barranco una piedra de media tonelada les sepultó. La joven, de 24 años, falleció en el acto. Él, de 25, resultó herido grave, logrando alcanzar su teléfono y llamar a los servicios de emergencia pese a que tenía sus piernas atrapadas.
Los bomberos tardaron dos horas en liberarlo, y ahora se recupera en el hospital, donde ingresó con un politraumatismo grave que le ha afectado a los miembros inferiores.
El lugar estaba sin señalizar, a pesar del deterioro que presentaban las rocas, y a ello se sumó la menor visibilidad de la noche, pues el suceso tuvo lugar a alrededor de las 00.00 horas.
Los vecinos de la zona, hoy lamentan el trágico suceso insistiendo en la peligrosidad que supone acceder al lugar: “Es muy peligroso. Además las personas van allí a tomar el sol o a pasarlo bien, pero no tienen ningún tipo de protección”, cuentan, lamentando lo sucedido.