La imagen no podía ser más dantesca. Un atracador armado con un hacha ante el horror de una camarera que amenaza con usarla si no le dan el dinero de la caja y de la máquina tragaperras. Como en algunas películas, el mosso que se encuentran en el local y analiza la situación, va de paisano. Mide lo que hacer y reduce al atracador. Se tira sobre él, le quita el hacha y le inmoviliza hasta la llegada de sus compañeros. Y solo usa las manos para hacerlo. Se juega la vida. La intervención es limpia y ha ocurrido en un bar de la calle Fluvià, 210, en el barrio barcelonés de Sant Martí de Provençals, a las 12.45 horas de este domingo.
Todo había ocurrido en cuestión de segundos. La camarera, que ha conseguido salir a la terraza, ve al hombre tan alterado que decide entrar de nuevo en el local. En el momento en que parece que el ladrón se abalanza hacia ella esgrimiendo el hacha, se ve a otro hombre que entra corriendo en el bar y se tira encima del atracador mientras se escuchan los gritos de los testigos. Al instante se ve al ladrón en el suelo, ya desarmado, y con el corpulento policía encima, que le obliga a darse la vuelta, mientras le tuerce el brazo para inmovilizarlo.
"Eh, tú. El hacha la quiero ahí. Encima de la mesa", ordena mientras mantiene bajo sus rodillas inmovilizado al atracador. La gente le hace caso al igual que cuando dice que llamen por refuerzos,
Fuentes de los Mossos d'Esquadra confirmaron que el agente actuó por propia iniciativa al ver la camarera en peligro. El detenido por el atraco es una persona de 56 años, que pasará a disposición judicial. Antes de la detención, propinó un golpe con el hacha a una de las máquinas tragaperras.