En las comidas al aire libre en casi inevitable que algún insecto se pose en tu comida, sobre todo si estás disfrutado de un cálido día de verano. Este es un hecho al que no solemos darle demasiada importancia, hasta ahora, ya que un nuevo estudio aconseja que al menos nos plateemos, si queremos seguir comiendo después de que una mosca se haya posado en nuestra comida.
Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, la Universidad Tecnológica Nanyang de Singapur y la Universidad Federal de Río de Janeiro han llevado a cabo una investigación mediante la cual han concluido que cuando los insectos se posan en los alimentos podrían trasmitir enfermedades mucho más dañinas de lo que creemos.
El estudio, publicado en la revista científica Scientific Reports, ha estudiado los microbiomas de 116 moscas domésticas y moscardones, dos de las especies más comunes. Al analizar a estos pequeños animales, han encontrado más de 350 tipos de bacterias en los cuerpos de las moscas domésticas, incluyendo E. coli y salmonela, mientras que la mosca azul es portadora de Helicobacter pylori, un tipo de bacteria que puede causar úlceras estomacales.
Según la investigación, la mayor parte de las bacterias se concentra en las patas y las alas de los insectos, y se transfieren fácilmente a las superficies donde caen.
Si vives en la ciudad, el riesgo puede ser mayor
Dependiendo de la zona donde habites, el riesgo de transmisión puede ser mayor o menor. Así, las moscas que habitan en áreas rurales portan menos bacterias que aquellas que habitan en las ciudades.
Según los investigadores del estudio, este riesgo “ha sido pasado por alto por los funcionarios de salud pública”, apunta el profesor Donald Bryant de la Universidad Estatal de Pensilvania.
Por otra parte, el director de investigación de la Universidad Tecnológica de Nanyang, Stephan Schuster, afirma que “las patas y las alas muestran la mayor diversidad de microbios en el cuerpo de la mosca, lo que sugiere que las bacterias utilizan las moscas como lanzaderas aéreas”. “Las bacterias sobrevivirían al viaje y crecerían, distribuyéndose en nuevas superficies”, agrega.