La 'montaña' de residuos electrónicos pesará 57,4 millones de toneladas en 2021, más que la Muralla China
Cada tonelada de residuos electrónicos que no se recicla deja una huella de carbono de dos toneladas
Los ciclos de vida más cortos de los productos y las opciones de reparación más limitadas son clave
La obsolescencia prematura, el problema que desde Europa quieren erradicar
La cantidad de residuos electrónicos producidos por el ser humano suma cada año millones de toneladas de metales, plásticos y recursos minerales preciosos que rara vez se reciclan, y por lo general se incineran o se envían a los vertederos. De hecho, solo este año, la “montaña” mundial de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos ascenderá a unos 57,4 millones de toneladas, más que el peso de la Gran Muralla China, el objeto artificial más pesado de la Tierra, advierten los expertos.
La investigación se ha dado a conocer en el Día Internacional de los Residuos Electrónicos 2021, en el que expertos y organizaciones hacen un llamamiento a los hogares, las empresas y los gobiernos para que apoyen los esfuerzos por reparar, reciclar y reutilizar los productos electrónicos no utilizados, según informa 'Independent'.
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Los investigadores sostienen que las enormes cantidades de residuos electrónicos deben considerarse como un recurso en sí mismo, con oportunidades para “recuperar una fortuna en materiales valiosos y reducir la necesidad de nuevos recursos”. Además, cada tonelada de residuos electrónicos que no se recicla tiene una huella de carbono de dos toneladas, según los investigadores.
Al destacar la magnitud del problema, el equipo del WEEE (Foro de Residuos de Aparatos Electrónicos y Eléctricos) dijo que entre 2014 y 2019 se había producido un aumento del 21 por ciento en los niveles de residuos electrónicos generados, y afirmó que el mundo está en camino de ver 74 millones de toneladas de residuos electrónicos al año para 2030. Atribuyeron el problema a las mayores tasas de consumo de productos electrónicos -que aumentan un 3 por ciento anualmente- y a los ciclos de vida más cortos de los productos y las limitadas opciones de reparación.
El reciclaje garantiza la eficiencia del sector
Pascal Leroy, director general del Foro WEEE, la organización que respalda el Día Internacional de los Residuos Electrónicos, dijo: “Son muchos los factores que contribuyen a que el sector eléctrico y electrónico sea eficiente en cuanto a recursos y circular. Por ejemplo, nuestras organizaciones de responsabilidad de los productores miembros recogieron y garantizaron el reciclaje responsable de 2,8 millones de toneladas de residuos electrónicos en 2020”. “Pero hay algo que llama la atención: mientras los ciudadanos no devuelvan sus aparatos usados y rotos, los vendan o los donen, tendremos que seguir extrayendo materiales totalmente nuevos, lo que genera un gran daño medioambiental.”
“Este año, el Día Internacional de los Residuos Electrónicos se centra en el papel crucial que cada uno de nosotros tiene para hacer realidad la circularidad de los productos electrónicos. Esto es más importante que nunca en el momento en que nuestros gobiernos se reúnen en Cop26 para debatir la acción global para reducir las emisiones de carbono. Cada tonelada de WEEE reciclada evita unas 2 toneladas de emisiones de CO₂. Si todos hacemos lo correcto con nuestros residuos electrónicos contribuimos a reducir las emisiones nocivas de CO₂”, añadió.
11 de los 72 artículos de un hogar medio en Europa ya no se utilizan
Según las estimaciones realizadas en Europa, donde el problema está mejor estudiado, 11 de los 72 artículos electrónicos de un hogar medio ya no se utilizan o están rotos. Por cada ciudadano europeo, se acumulan cada año entre 4 y 5 kg de productos eléctricos y electrónicos sin usar antes de ser desechados.
El Comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca de la UE, Virginijus Sinkevičius, ha declarado que "los residuos electrónicos son uno de los flujos de residuos que más rápidamente crecen, tanto en Europa como en el resto del mundo. Para cambiar esta tendencia no debemos considerarla como un residuo, sino como una oportunidad desperdiciada, ya que los productos más duraderos supondrían un enorme ahorro no solo para los consumidores, sino en materias primas preciosas y en emisiones de CO₂”.
“En la Comisión estamos trabajando en nuevos requisitos de diseño ecológico para los dispositivos electrónicos, con el fin de aumentar su durabilidad y facilitar su reparación. También queremos que los consumidores tengan una mejor información, para que sea más fácil hacer una elección sostenible., finalizó.