Siguiendo el protocolo de actuación del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad el cuerpo del misionero ha sido incinerado sin realizar la autopsia y sin embalsamar.
Los restos deben ser guardados en un féretro especial cuyo receptáculo ha de ser estanco para proceder a su traslado y en su interior debe contener material absorbente y estar provisto de un dispositivo depurador para equilibrar la presión interior y exterior.
El religioso Manuel García Viejo, fue repatriado desde Sierra Leona el pasado 22 de septiembre y debido a la gravedad de su situación solo se le pudo suministrar tratamiento de soporte vital, centrado en el control de los síntomas.
El paciente ha permanecido ingresado durante cuatro días en el Complejo Hospitalario La Paz-Carlos III, donde llegó con una "importante deshidratación" y una afectación hepato-renal.
Uno de los tratamientos experimentales que se han desarrollado en los últimos meses, el 'Zmapp', con el que se trató al religioso Miguel Pajares, también repatriado a España, se encontraba agotada en todo el mundo, por lo que se estaban barajando otras alternativas terapéuticas para poder tratarlo.
Finalmente los médicos no pudieron hacer nada por su vida y el misionero falleció después de sufrir un empeoramiento de su estado.