Los hechos tuvieron lugar sobre las 12:00 horas del 25 de septiembre de 2015. El cabo, que estaba encargado en ese momento de la Sección de Jardines en la base aérea de Cuatro Vientos, se encontró a Negrito, como se llamaba el gato, y le disparó. El militar sabía que el gato era de su compañero y que vivía con ellos en las instalaciones militares.
"Sin motivo ni justificación y supuestamente con la única finalidad de acabar con su vida, fue a buscarle en una de las carabinas de su propiedad que guardaba en el vestuario de su puesto de trabajo", relata el escrito de la acusación. Posteriormente, el cabo le disparó certeramente, "impactando el perdigón en los pequeños pulmones de Negrito, saliendo por el hemitórax, lo cual produce instantáneamente la muerte del animal".
Posteriormente, recogió el cadáver del felino y lo introdujo en una bolsa de plástico, tirándolo al contenedor de basuras cercano al lugar de los hechos. Durante el juicio oral, el militar admitió que disparó al felino, pero que "no le dio". Sin embargo, otros testigos de los hechos confirmaron que sí acertó, mientras que la Guardia Civil ratificó el atestado realizado.
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