Tiene 34 años y conduce un potente camión cuyo gran banco le permite sentarse cómodamente. En su casa ocurre algo similar ya que las sillas han de estar reforzadas para soportar su peso y el contorno de sus caderas.
Pero todos estos detalles no son un obstáculo para que esta californiana se sienta orgullosa de sí misma, aunque no siempre ha sido fácil. "Cuando camino por la calle puedo escuchar a las personas reirse de mi, les he he oído decir, "mira su grasa"", narró Mikel, añadiendo que a pesar de las críticas, no desea bajar de peso.
Ella no se plantea recurrir a la cirugía para reducir el tamaño de sus caderas, "mucha gente supone que he tenido que operarme para mejorar mis caderas pero yo creo que todo esto es algo natural, que es el resultado de haber tenido cuatro hijos. Además en mi familia, las caderas grandes son algo normal".
Pese a su optimismo, lo cierto que Mikel ha reconocido en algunas ocasiones que, a veces sus proporciones corporales le afectan en el quehacer cotidiano. "Cuando viajo en avión o en tren tengo que comprar dos asientos, porque no puedo encajar en uno, y ello dispara el precio de los billetes. Además conduzco un camión en lugar de utilizar el transporte público siempre que sea posible, ya que es lo suficientemente grande para que quepa".
Otro de sus problemas es la ropa, "encontrar ropa para la mitad inferior de mi cuerpo es todo un reto. Y la ropa interior me la tengo que hacer a medida en costureras".
Pero Mike no siempre fue así. A los 22 años, engordó algo más de 25 kilos tras tener su primer hijo, Andrew, que ahora tiene 19 años. Después vendrían sus hijas, Destynee, de trece, Autumn, de ocho y Justyce, de siete. Tras estos partos, su peso y el tamaño de sus caderas se dispararían aún más.
Todo esto no es un problema para esta mujer que pese a sus medidas, no deja de disfrutar con su familia en todo tipo de actividades tanto dentro del hogar como en el exterior, viajando o yendo a la playa, en donde luce sin complejos atrevidos conjuntos de baño de dos piezas.
Por si fuera poco come un promedio de tres mil calorías al día, 500 más que la dosis recomendada para un hombre normal. Entre sus alimentos favoritos están los platos mexicanos, pollo, pescado y queso.
A su lado, siempre está su fiel esposo, Reggie Brooks, de 40 años de edad. Reggie es técnico de computadoras, y ambos llevan más de 10 años de casado. "Me encanta su forma. Cuando nos conocimos ya tenía caderas anchas. Esa es una de las cosas que me atrajo", aseguró con una sonrisa en su rostro.
Durante cinco años, Mikel trabajó para la página web de Big Beautiful Women. Su experiencia es la base de su esperanza para que esta confianza en ella misma sirva a otras mujeres para que acepten sus curvas. Mikel está convencida: "Me gusta poder mirarme en el espejo y gustarme como soy".
Por eso añade, "Quiero que las mujeres grandes entiendan que no tienen que ser delgadas como modelos de pasarela para ser bellas". "Espero poder inspirar a las mujeres para qeu me miren y piensen; "Ella es feliz con su cuerpo y tiene las caderas más grandes del mundo"".