Entre un 20% y un 80% de los enfermos hospitalizados sufren desnutrición a causa del menú que se les suministra, según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Esta situación empeora cuando los pacientes pasan largos periodos ingresados. La organización considera que el sistema público de salud debería mejorar el menú hospitalario en lo posible como parte del tratamiento médico.
Otro dato que subraya la OCU es que el "40% de los alimentos que se sirven en los hospitales vuelve a la cocina sin haberse consumido". "Los menús están ajustados para cubrir las necesidades nutritivas de los pacientes" por lo que esto refleja que muchos de los pacientes hospitalizados "no comen lo suficiente."
En el estudio se considera que la propia enfermedad y la medicación pueden afectar al apetito y el sentido del gusto. También pueden influir en que los enfermos coman menos o rechacen algunos alimentos el comer en la cama, a deshoras, en una bandeja .
Sin embargo, la organización de usuarios señala que los menús de los hospitales "tienen en ocasiones materias primas de buena calidad, pero un aspecto poco atractivo con colores, sabores y aromas apagados, sobre todo en dietas restrictivas, que limitan la ingesta de ciertos alimentos.
La OCU explica en su informe que la desnutrición no debería de ocurrir en un centro sanitario considerando que los menús deberían estar diseñados por expertos para cubrir las necesidades de los pacientes por lo que un buen menú debe responder a las indicaciones médicas y además ser apetitoso para que el paciente lo coma.
En ese sentido, la OCU critica que esto no siempre ocurre,porque en algunos hospitales el desayuno tiene un exceso de hidratos de carbono rápidos, con galletas, mermelada y zumo envasado, cuando se debería aumentar la presencia de cereales integrales, verduras frescas y frutas de temporada en vez de de postres industriales.
La nutrición hospitalaria mejoraría con un mayor número de nutricionistas que puedan comunicarse directamente con los pacientes, conocer sus gustos y ajustar de forma más eficientes sus dietas, ofreciendo la posibilidad de elegir entre varios menús a aquellos pacientes que no tengan restricciones. Otro punto importante sería cuidar el emplatado y la presentación, además de algún control que permita detectar a los pacientes que no coman lo suficiente.