En la mente de Alberto Sánchez, el 'monstruo caníbal' de Ventas
El caso de Alberto no ha sido el primero. En 2012, la imagen de Rudy Eugene devorando desnudo el rostro de una persona tirada en el suelo dio la vuelta al mundo. Eugene tenía 31 años el día que fue abatido tras recibir seis disparos de la policía de Miami (EE. UU.). Su muerte sería una más de las que llenan las estadísticas sobre violencia policial en Estados Unidos pero su nombre trascendió al saberse que canibalizó el rostro de otra persona y que apenas se inmutó tras recibir el primer balazo de advertencia. Siete años después sabemos que la autopsia no encontró en su organismo restos de ninguna ‘droga caníbal’ más allá de trazas de marihuana.
Personas cercanas a Alberto Sánchez, amigos, excompañeros, vecinos del barrio, todos le han relacionado de una forma u otra con el consumo de drogas y, muchas veces, mezcladas: porros de marihuana, litronas de alcohol, anfetas y, la temible ‘droga caníbal’ (MDPV).
Fuentes policiales han informado también de la docena de denuncias por malos tratos a su madre que les obligó a desplazarse hasta la vivienda en la que convivía con ella. También que sufría problemas psicológicos que no estaban lo suficientemente controlados, sobre todo por él.
Los especialistas creen que en Alberto se dan todos los elementos posibles que explicarían su aberrante comportamiento sin tener que recurrir a la explicación de una droga que despierta en el ser humano actitudes caníbales como ocurrió en el caso de Ruby Eugene.
José Cabrera es uno de los psiquiatras forenses más prestigiosos de nuestro país. Desde su experiencia y conocimiento califica rotundamente de “leyenda urbana” la existencia de una sustancia que nos hace caníbales porque “carece de fundamento científico”.
La neurobióloga Olga Valverde, de la Universidad Pompeu Fabra coincide en este análisis al asegurar que “no en todos los consumidores se han observado agresiones de tipo caníbal pero como son tan llamativas llaman mucho la atención”. Ambos señalan también el poder estimulante de la MDPV capaz de generar “irritabilidad y agresividad”.
Según esta catedrática, “no sabemos muy bien qué es lo que está ocurriendo en el cerebro de la persona cuando está bajo los efectos de las drogas”, algo que se vuelve más complicado cuando nos referimos a un policonsumo, porque “la mezcla de alcohol con otras drogas y sobre todo con la droga caníbal es muy explosiva y no me extraña nada que potencie brutalmente los efectos de agresividad”.
Lo que es obvio para estos especialistas es que la MDPV “descompone el comportamiento” de quienes la ingestan. Según Valverde, “no podemos esperar que una persona sea igual antes y después de consumir esta droga”, algo a lo que también apunta Cabrera al asegurar que “lo que no quita que alguien bajo sus efectos y movido por otro tipo de trastornos haga eso”.
Es precisamente esta confluencia de factores hacia lo que apunta Cabrera para explicar esta falsa creencia extendida sobre la existencia de una droga que nos convierte de la noche a la mañana en bestias caníbales. Según este psiquiatra forense “un sujeto que no tenga en su personalidad agresividad y violencia aunque tome esta sustancia no la va a tener”. Y añade, “puede estar más irritable, puede estar cabreado, enfadado pero tiene que haber una base en la personalidad del sujeto para que, tomando esta sustancia den el paso de agredir, matar, descuartizar y comer”.
Alberto Sánchez sigue detenido en prisión provisional comunicada y sin fianza. La tarde que llegó a comisaría se negó a declarar y así ha permanecido hasta el momento. El relato de los agentes que llamaron a la puerta de su vivienda en el 1ºC den número 50 de Francisco Navacerrada es estremecedor. Algunos de ellos con décadas de servicio fueron incapaces de aguantar la escena. Tampoco recuerdan un comportamiento tan fuera de la realidad como el del detenido.
José Cabrera está convencido del diagnóstico que sus colegas aportarán al proceso: “lo dirán en breve”, asegura y avanza que se trata de “un sujeto con una psicosis, una enfermedad mental grave en la cual el individuo pierde el control de la realidad, tiene delirios y en esos delirios, probablemente, su madre era enemiga a muerte. Entonces, en ese delirio sin tratamiento mata a la madre y luego, en el mismo delirio cree que comiéndosela consigue acabar con ella definitivamente”. No hay duda, culmina “es totalmente patológico”.
También puede interesarte: