La fuerza de sus mensajes, casi tan vibrante como sus miradas, ha trascendido más allá del pequeño y familiar Centro de Día Virgen de la Capilla de Jaén para viajar incluso fuera de nuestras fronteras a través de las redes sociales, desde donde hoy se agradecen sus emotivas palabras de ánimo y aliento en unos momentos en que verdaderamente se necesitan.
Ellos, los más mayores, pertenecientes a uno de los grupos más vulnerables y que más han sufrido esta pandemia, –e incluso otras, como la de la gripe del 18–, nos recuerdan lo importante que es tenernos los unos a los otros; lo relevante de estar unidos, querernos, cuidarnos, respetarnos y disfrutar de una vida que, por encima de todos los obstáculos del camino, merece la pena vivir.
Así nos lo transmitían José, Celia, Águeda, Pedro, Pepe, Asunción, Juana C. y su tocaya, Lumi, Carmen, Ascensión o Manuel, quienes desde el centro de día participaron de una preciosa iniciativa con motivo del Día del Amor.
Surgida de la idea de una auxiliar y una terapeuta, –Zahara y Ana Belén–, y con el objetivo primordial de “hacer que se sientan mejor” a través de una actividad inclusiva, a todos ellos se les dejó pensar cuál es el mensaje que querrían transmitirle a los jóvenes en un día tan especial.
Así, asistiéndoles y ofreciéndoles una mano desde la que poder plasmar por escrito lo que sentían y querían expresar, –dado que algunos no han tenido la oportunidad de aprender a leer o escribir, y otros no pueden hacerlo por sí mismos–, todos ellos nos regalaron palabras que hoy enternecen, ayudan y conmueven.
“Una familia con amor es para siempre”, “hay que quererse mucho y respetarse”, señalaban José y Pepe, mientras otros como Juana o Manuel instaban a los jóvenes a “cuidar a las personas queridas”, “disfrutar, ser felices”, “viajar”, ser “sinceros, nobles” y “respetar”; respetar siempre “hasta el final”.
Otros, como Pedro, resumían con una enternecedora simpleza la esencia de un mensaje breve pero lleno de significado: “Que se quieran y ya está”. Mientras, algunas como Lumi, de 95 años, no podían evitar un entrañable aviso a navegantes: “Que se conozcan antes de casarse”, advertía a los jóvenes en un mensaje que sin duda habrá dado lugar a alguna que otra sonrisa sana.
Sus palabras, escritas en un folio en el que también aparecían sus nombres y su edad, fueron compartidas por el centro de día Virgen de la Capilla junto a las fotografías de cada uno. Ataviados con sus mascarillas y sosteniendo las hojas con sus mensajes, las redes no han tardado en empatizar y devolverles, con sus respuestas a la publicación, parte del cariño que nos han regalado.
Así nos lo ha contado, en declaraciones a Informativos Telecinco, Ana María Llera, trabajadora social, quien a través de las redes del centro de día también da difusión al valiosísimo trabajo que realizan, al tiempo en que conciencia de la necesidad de cuidar a nuestros mayores, asistirles, escucharles, acompañarles y darles cariño para que estén bien y para que no se sientan solos.
“Ellos son lo más importante”, recalca Llera, quien ha compartido con nosotros la enorme felicidad de los ancianos del centro después de conocer que su noticia había tenido un alcance tal que había salido de Jaén para viajar hasta distintos puntos de la geografía española e incluso más allá: “Nos han escrito de Barcelona y hasta nos han escrito desde Londres”, cuenta, explicando que están “supercontentos” tras toda la oleada de cariño que han impulsado y que a la vez están recibiendo.
Aunque en las redes sociales siempre hay quien critica todo indiscriminadamente y sin importar la causa, tanto la iniciativa como la publicación de sus mensajes ha motivado una lluvia de elogios y agradecimientos: “Nos hemos hecho virales”, afirma Llera, contándonos que han tenido que explicarle a los ancianos qué es lo que significa y cómo han conseguido llegar desde el pequeño centro a tanta gente de distintos rincones de España y del mundo.
Con ello, no solo se han visto alegres y reconfortados, sino que además se han sentido todavía más escuchados: “Todo el mundo nos escribe de todos lados”, explica la trabajadora social, que nos expresa lo difíciles que fueron los meses del confinamiento para ellos, cuando la pandemia del coronavirus estaba causando estragos llevando al país al estado de alarma.
En los peores momentos, el covid no ha hecho sino acentuar una sensación de profundo pesar que a menudo se ha extendido entre nuestros mayores: “’La sensación de que no se acuerden de nosotros. Que vamos a morir y no se acuerden de nosotros’”. Son palabras que Llera rescata de uno de los usuarios del centro, dando cuenta de esa importancia crucial de que todos ellos se sientan precisamente escuchados y acompañados.
Por eso, y revelando una vez más la importante labor que realizan, explica que durante el confinamiento no dejaron de "llamarles todos los días" para que estuviesen atendidos y no se sintiesen solos en medio de la crisis sanitaria.
La Navidad, relata Llera, tampoco fue fácil; “una Navidad triste” en la cual “no podían ver a sus hijos o sus nietos”, a sus seres queridos, en unas fechas que de por sí son proclives al recuerdo y la nostalgia.
En este camino, como lo ha sido durante todo el tiempo, Llera reivindica la importancia de los centros de día para nuestros mayores y lamenta que actualmente sea habitual el desconocimiento al respecto de la vital función que realizan. “No saben la labor que cumplimos. No somos unos aparca-abuelos”, denuncia, explicando que les dan “todo el cuidado” del mundo sin desarraigarlos de su casa y su familia, proporcionándoles un lugar en el que velan por su bienestar y en el que desarrollan incluso nuevas amistades.
En ellos, se llegan a formar también pequeñas familias que, forjadas desde ese cariño y ese respeto que desean para todos, constituyen un ejemplo.
Por esta razón, y para terminar, si preguntásemos a todos ellos cuál sería su mensaje, no para los jóvenes, sino para todos nosotros en estos tiempos de pandemia, Llera nos remite a las palabras de Celia, de 104 años, quien vivió la pandemia de gripe de 1918: “Hay que estar unidos entre todos”.