Una menor de Tarragona se resiste a volver con su madre checa
Las entradas y las salidas han sido constantes. La ansiedad permanente frente a un edificio de Tarragona. En la puerta varios vecinos y un padre incapaz de imaginar cómo se llevan a su hija a la fuerza. Antoni se resiste a entregar a su hija de once años a la madre. Decisión que también parece complicada para la niña quien, según su progenitor, sufre crisis de ansiedad por el miedo de que se la lleven. Un temor que la ha conducido hasta el hospital. Esta es otra historia de custodia compartida. La madre vive en la República Checa. Pero, según el padre, la niña no quiere volver con ella porque la maltrata. Él denunció los hechos pero la justicia checa no le dio la razón. Allí se permite que los padres utilicen cualquier método que consideren oportuno para obtener la obediencia de sus hijos y eso en este caso, según Antoni, incluye unos golpes en la espalda con una cuchara de madera y un cinturón que no están vistos como maltrato por los jueces checos. Por el momento este padre no tiene más escudos con el que defender a su hija y, finalmente, la menor ha sido entregada a su madre dejando atrás los llantos de quienes no quieren perderla. Según los informes psicológicos la niña está instrumentalizada por su padre lo que le provoca problemas emocionales y de salud. Es la víctima de un divorcio.