El sueño de Hayley Gumble es ser madre, pues creció en casas de acogida y siempre había querido tener sus propios hijos. Por desgracia, cuando cumplió los 23 años sus ovarios empezaron a tener problemas y le diagnosticaron falla ovárica prematura (FOP).
Como consecuencia de esta condición, la joven solo tiene un cinco por ciento de probabilidades de ser en madre. Antes de enterarse de esto, Hayley tuvo dos abortos espontáneos, pero ahora sus óvulos no son fértiles.
"Estoy desesperada por ser madre. Mi mayor miedo es morirme sin oír que un niño me llame mamá", explica en declaraciones recogidas por The Sun.
La pareja acudió al NSH, pero el hospital no se hizo cargo de los costes que conlleva obtener óvulos de un donante ni del tratamiento al que se tiene que someter la joven. Debido a esto, el matrimonio está intentando recaudar mediante una página de Just Giving los 5.600 euros del tratamiento que aumentará las posibilidades de quedarse embarazada en un 60 por ciento.
"Necesitamos un donante de óvulos y es muy caro. Cuando era pequeña y me preguntaban qué quería ser de mayor, siempre decía 'madre'. Mi sueño es ser mamá. Siempre soy la tía, nunca soy la madre y esto me enfada mucho. Estuve muy avergonzada por esta afección durante mucho tiempo y cuando se lo conté a mis amigos, me dijeron que podría hacer una recaudación de fondos", explica la joven en un vídeo publicado en su perfil de Facebook en el que intenta concienciar sobre la FOP y conseguir donaciones.
Enterarse de que era menopáusica a los 23 años no fue nada fácil para ella: "La enfermera me lo dijo con cuidado, pero fue directa. Yo me senté y ella tuvo que salir de la habitación. Miré a Sam, mi marido, y rompí a llorar. Habíamos pedido el día libre en el trabajo y cuando llegamos a casa dimos la noticia a nuestros padres. Fue muy difícil de explicar", cuenta la joven.
Tras este duro golpe, Hayley decidió darle un ultimátum a Sam antes de la boda. Le explicó que ella no podría darle hijos y que lo entendería si él decidía marcharse con otra.
"Crecí en casas de acogida, yo no era una niña buscada, pero siempre quise tener un hijo. Mi marido estuvo conmigo el día que me diagnosticaron y nunca me ha abandonado. Antes de la boda, le puse un ultimátum y le dije que podía tener un hijo con otra persona, porque sabía que él estaba desesperado por tener un hijo. Le dije que no le culparía, pero él me dijo 'nunca me iré, estamos juntos en esto'. Sin embargo, tras la boda todo el mundo nos preguntaba que cuándo íbamos a formar una familia y nosotros solo queríamos gritarles que no podíamos", explica Hayley.
Ahora, si la pareja consigue los 5.600 euros necesarios para el tratamiento, Hayley tendrá que seguir un ciclo de medicamentos de reemplazo hormonal para tener más oportunidades de quedarse embarazada.