La institución que preside Abdelmalik El Barkani ha indicado que el salto fue repelido desde un primer momento en una acción coordinada por fuerzas marroquíes y efectivos de la Comandancia de la Guardia Civil. No obstante, han aseverado que "la violencia y el abultado número de los inmigrantes participantes en el mismo --más de 300-- impidió contenerlos en su totalidad". De los 209 inmigrantes que han entrado a Melilla, cuatro han necesitado asistencia médica en el Hospital Comarcal por traumatismos en principio no graves.
La Delegación del Gobierno ha subrayado que "peor pronóstico presentó inicialmente el guardia civil que, en el intento de contención del salto, fue agredido por un inmigrante con uno de los garfios que utilizan para trepar por la valla, y que por sus afiladas puntas pueden convertirse en armas mortales". De este modo, han detallado que el guardia, en un reflejo instintivo, consiguió esquivar parte del impacto del garfio, que finalmente le alcanzó el lóbulo de la oreja izquierda en la que ha requerido varios puntos de sutura. Los inmigrantes, salvo los que esperan ser atendidos en el Comarcal, se encuentran todos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, ha trasmitido una vez más su apoyo a las fuerzas de seguridad, especialmente a los agentes de la Guardia Civil actuantes en primer término en la labor de vigilancia y custodia de la valla de Melilla. Asimismo, el delegado del Gobierno ha reiterado que "este tipo de inmigración irregular, a la fuerza y de forma violenta a través de lindes fronterizas no habilitadas parar el tránsito regular de personas, no es admisible y evidencia la necesidad de desplegar una política común de inmigración por parte de la Unión Europea".