Nadie imaginaba que este médico especialista del hospital Universitario Donostia era además un mirón profesional que espiaba a sus compañeras cuando estas se desvestían. Para ello, el profesional, que está siendo juzgado en Gipuzkoa, aprovechaba su acceso a las cámaras de videovigilancia del centro sanitario para "vulnerar la intimidad ajena".
El médico, acusado de un delito continuado de descubrimiento de secretos, tenía una "credencial de usuario genérico" para usar un programa informático a través del que accedía a las cámaras del hospital "en modo remoto".
Desde a un equipo situado en otra dependencia del hospital, el médico acusado accedía a una cámara ubicado en una zona que "venía siendo utilizada transitoriamente como vestuario por el personal femenino" con motivo de la pandemia del covid-19.
El especialista para evitar ser descubierto enmascaraba su uso indebido, manipulando el equipamiento informático y "tapando el testigo luminoso que indicaba que la cámara web y el micrófono" del dispositivo estaban en funcionamiento.
El texto concreta que el hombre buscaba "conocer el contenido de las conversaciones" y la intimidad de sus víctimas mediante el "acceso remoto" a "imágenes y sonido" de las perjudicadas, que el hombre habría captado "en las primeras horas de incorporación del personal a su jornada laboral".
Una actividad que presuntamente llevó a cabo al menos "en un total de catorce ocasiones, entre los días 27 y 31 de marzo de 2020, y otras dos en abril" del mismo año, como fue posible "constatar" a pesar de que el médico supuestamente empleó un programa para borrar los datos albergados en el ordenador que utilizaba.