Mateo se ha dejado el pelo largo porque dice que de mayor será calvo, como su padre, y quiere aprovechar ahora que aún le sale cabello. Lo dice y se parte de risa. De lo que seguramente no es consciente es de que él ya perdió el pelo. Fue hace casi nueve años, cuando era bebé. Con dos meses le diagnosticaron un tipo de leucemia muy agresiva y rara. Con casi un año le trasplantaron la médula, y entremedias Mateo protagonizó una campaña para fomentar la donación sin precedentes en España.
Famosos de todos los ámbitos, pero sobre todo del mundo del deporte, se volcaron para conseguir que miles de personas se hicieran donantes de médula. Rafa Nadal, Pau Gasol o Penélope Cruz ayudaron al bebé y a sus padres. Ocho años después Mateo sigue sano y vuelve al ruedo como la suya, y que hay que invertir en investigación contra el cáncer.
"Yo tuve leucemia, cáncer. Me salvó la vida Antonio, que cogió la médula que había donado un señor alemán y me la puso". Así de sencillo resume Mateo, rodeado de su álbum de cartas pokémon y sin dejar de juguetear con una pelota de gomaespuma, su enfermedad y su salvación. Pero no fue tan fácil. "No sé si le costó mucho a Antonio curarme, esa es una pregunta que tengo que hacerle", dice. La respuesta de su médico, Antonio Pérez Martínez, jefe del Servicio de Hematoncología Pediátrica de La Paz y director de la Unidad CRIS de Terapias Avanzadas, será que sí, que le costó.
Porque el punto de partida era ya complicado: una leucemia que diagnostican a uno entre cada millón de niños, que apenas se investiga, cuyos trasplantes suelen fallar al cabo de poco tiempo, y en la que el tiempo corre en contra, porque cuanto más tarde se trate, más perjudicado queda el organismo del menor y menos posibilidades de recuperación hay. En resumen, seguramente el peor momento de las vidas de un padre. Así lo define Eduardo, padre de Mateo, mirando embelesado a su hijo. "En ese momento, con la vida de Mateo que pendía de un hilo, aprendimos que donar médula es tan fácil como hacerte un análisis de sangre, y empezamos a contárselo a nuestros seres queridos, estos a otros, los siguientes a muchos más... y decidimos hacer público el caso de Mateo, para que pusiera cara al cáncer infantil y que muchos se animaran a hacerse donantes de médula", explica Eduardo.
Su momento milagro llegó a los once meses de vida del pequeño, cuando encontraron donante. Antes, la quimioterapia había dejado el organismo de Mateo listo para no rechazar el trasplante. Tardó en reaccionar, tardó en curarse y en recuperarse, pero ocho cumplevidas en la entrevista con NIUS.
El reportaje se hace el domingo anterior al martes 15 de febrero de 2022, un día importante para Mateo y su familia. Vuelve a hacer público su caso para seguir ayudando a otros. Esta vez fomentando la investigación. "A Antonio se le ha ocurrido un proyecto que ha llamado 'Proyecto Mateo', porque yo fui su primer paciente en La Paz, para solucionar la leucemia que yo tuve, y ha contratado a investigadores que le ayuden", resume Mateo. Es tan sencillo y tan complicado como eso: la fundación CRIS Contra el Cáncer ha financiado una línea de investigación contra el tipo de cáncer que tuvo Mateo.
"Se trata de una diana terapéutica de este tipo de leucemia", aclara Eduardo, que tras el caso de su hijo ha dedicado su vida a fundaciones que financian la investigación, como CRIS contra el cáncer. La esperanza está en las terapias CAR-T, que consisten en modificar en laboratorio células del sistema inmune del paciente, enseñarlas a defenderse del tumor, y volverlas a introducir en la persona enferma. Eduardo añade que Proyecto Mateo ha encontrado "una diana terapéutica para el tipo de leucemia raro que padecía Mateo. Hasta ahora para tratar el cáncer se aplicaba quimioterapia, que es como tener sucio el baño pero limpiar a fondo, con productos muy corrosivos, toda tu casa, tu portal y tu urbanización entera. Esta terapia en la que trabaja el doctor Pérez Martínez ha encontrado la llave que abre la puerta de tu casa y el camino concreto hasta el baño. Y no solo eso, sino que trabaja en limpiar solamente el baño sin estropear con productos corrosivos el resto de tu casa".
Mateo no entiende nada de eso, y le quedan muchas preguntas sobre su enfermedad, su curación y la ciencia. El Día del Cáncer Infantil, el 15 de febrero, es un día importante para él. Tendrá que marcarlo en su calendario junto con otras tres fechas básicas en su corta existencia: "Mi cumpleaños, mi cumplevida que es el día que me trasplantaron, y mi santo", se ríe. Es solo un niño que se empeña en mencionar a treinta amigos cuando NIUS le pide que dedique este reportaje, pero tiene claro su mensaje: "Donad médula todos, que salva vidas de otros niños. Y que se dé dinero a Antonio y sus investigadores". Queda dicho.