Amanda Hutton, de 43 años, y vecina de Bradford (West Yorkshire, Inglaterra) niega los cargos que se le atribuyen de homicidio imprudente por dejar que su hijo muriera de hambre sin buscar ayuda médica y luego convivir con su cadáver durante años para disfrutar de los beneficios sociales que puntualmente reclamaba.
La mujer guardó el cadáver diminuto de su hijo, Hamzah Khan, de cuatro años, en una cuna de su dormitorio después de que el pequeño muriese desnutrido. Su crecimiento había sido tan atrofiado que él todavía llevaba un traje de un bebé de seis a nueve meses cuando fue encontrado.
Amanda siguió su vida con total normalidad mientras el cuerpo de su pequeño se descomponía. De hecho, tras su muerte siguió reclamando el subsidio familiar. Ahora, Hutton está acusada de homicidio sin premeditación por negligencia por dos motivos: No alimentó a su hijo y no buscó la ayuda médica cuando fue necesaria. Amanda niega todos los cargos y afirma que se encontró a su hijo muerto un día al llegar a casa, entonces llamó al médico pero éste nunca se presentó y ella fue incapaz de reanimarlo.
El niño fallecía el 15 de diciembre del año 2009, en su cuna al lado de un osito de peluche. Según recoge el diario Dailymail, el cuerpo fue encontrado el 21 de septiembre de 2011, cuando las autoridades visitaron la casa tras varias quejas de vecinos que denunciaban, entre otras cosas, malos olores que provenían de la casa de Amanda.