El cáncer de mama es una de las enfermedades que más ha crecido en los últimos años, de manera que es muy importante que se comprenda mejor de qué se trata y, sobre todo, también conocer los mejores métodos para prevenirlo.
Como regla general hay que estar informado sobre los posibles síntomas que nos puedan dar lugar a pensar que puede haber algo en nuestro pecho ya que detectarlo con la mayor antelación posible aumenta las posibilidades de acabar con él.
El cáncer de mama se produce el momento en los que los genes que regulan el crecimiento de las células pierden el control, de manera que se produce un crecimiento anómalo.
Estos tumores pueden ser benignos o malignos, siendo los segundos los denominados como cancerígenos, mientras que los primeros no son peligrosos para la salud ni van a dar problemas puesto que no van a seguir reproduciéndose.
En cuanto a los síntomas el más destacado es la aparición de bultos en la mama o en la zona del brazo, aunque muchas veces la mayor parte de los bultos son otras cosas diferentes que no revisten ningún tipo de peligro.
También suele cambiar el tamaño de la forma de la mama y se producen efectos extraños como la inversión del pezón o la aparición de llagas en los mismos.
También es habitual que se produzcan rojeces y calenturas en la zona del pecho que pueden llegar a desembocar en erupciones cutáneas, y habrá un dolor persistente en la mama.
Los tratamientos para el cáncer de mama
A la hora de hablar del tratamiento debemos tener en cuenta que existen dos posibilidades fundamentales que son la mastectomía y el tratamiento conservador de la mama.
En el caso de la mastectomía, se trata de un proceso que implican cirugía, produciéndose la extirpación del tejido glandular por completo incluyendo el pezón pero conservando la piel. Evidentemente es más agresivo, pero cabe destacar que en la actualidad se puede proceder a la reconstrucción inmediata consiguiendo unos resultados óptimos y evitando cicatrices sobre la piel.
En cuanto al tratamiento conservador incluye distintos procesos dependiendo de cada caso, es menos agresivo pero también está pensado para aquellos casos en los que se detecta la enfermedad con suficiente antelación por lo que se pueden utilizar otros sistemas para intentar evitar su proliferación y acabar con el cáncer.