Son los nuevos superhéroes de la nueva normalidad, en las playas andaluzas. Como los viejos superhéroes, Spiderman, Batman, Superman, protegen su identidad bajo una máscara, pero su archienemigo ya no se llama Duende Verde, ni Joker o Lex Luthor. Recibe el nombre de Covid-19 y, desde hoy, encontrará en las playas andaluzas cientos de superhéroes enmascarados. El uso de la mascarilla se hace obligatorio para pasear por los arenales, para acercarse al chiringuito, y hasta para tomar el sol en la arena, si no se está a más de metro y medio de un extraño.
"Hay que llevarla", dice Miguel, que con dos amigos madrileños y otro mallorquín, pasa unos días en la costa. "Después de lo del Palacio de Hielo, se nos ha quedado marcado. A lo mejor con este aire -el levante sopla a más de sesenta kilómetros por hora- no hace falta, pero es complicado hacer excepciones, es mejor una recomendación clara".
"Si te multan por no llevarla, habrá que asumir las multas", apoya su amigo Victor. "No me parece excesivo. Las multas se deberían poner desde el primer momento, porque ahora mismo, si ves la playa, la mitad de la gente lo está incumpliendo".
Y sí, aunque la mayoría, ya recorren el camino que conduce a esta cala, enmascarados, no son pocos los que incumplen, en este primer día, llevar la mascarilla para pasear junto al mar.
"No lo sabía". asegura un hombre, que añade a esa disculpa la de habérsela dejado en el coche. Cuando se le dice que la multa son cien euros, deja la orilla y se encamina hacia al aparcamiento. Muy cerca, una mujer reconoce conocer la norma, pero parece poco dispuesta a cumplirla: "Lo sé, y soy muy consciente del tema de la mascarilla, pero bueno, como estoy aquí justamente, y no tengo a nadie por en medio pues...".
Pues sanción, si la Policía Local hace acto de presencia. Aunque no hoy. El ayuntamiento de Conil de la Frontera, en este primer día de obligatoriedad, prefiere advertir, antes de empezar a tocar el bolsillo de los que incumplan las normas.
"La medida ha entrado hoy en vigor, hay mucha gente que todavía no lo tiene muy claro", señala el Concejal de Playas de Conil, David Tamayo. "Hay gente que viene de otras comunidades, y lo que vamos a hacer es informar a la gente sobre esta medida. A medida que transcurran algunos días, las denuncias van a generarse. Por el momento informaremos, y si encontramos casos de negativa, sancionaremos".
Claro que no siempre el incumplimiento es demostrable. Un hombre pasea en camiseta junto al mar. Cuando se le hace ver que debe llevar mascarilla responde que, en realidad, va a bañarse. Así que se quita la camiseta y se sumerge en el mar. Ahora ya no hay motivo para la denuncia, porque el baño esta exento del uso de mascarilla. Lo sabe también un vecino de Conil, que sonríe cubierto de agua mientras responde: "Conozco todas las normas. Ahora no la llevo, claro, porque vengo del agua".
Otra excepción, tomar el sol estando inmóvil, y a más de metro y medio de otros bañistas: "¿Te imaginas con la marca de la mascarilla en la cara?, señala una joven.
"Si no hay distancia de seguridad veo correcto el ponértela aunque estés tomando el sol", señala Diego, conquense. "Cuanto más lo prevengamos mejor".
"Me parece una tontería", dice Javier, tumbado en un pañuelo disfrutando de sus vacaciones. "Pero bueno, hay que respetarlo, lo han impuesto, y hay que cumplirlo, es lo que hay".
Así que por convencimiento, o por obligación, lo cierto es que la playa se va llenando de superhéroes. y superheroínas enmascaradas. Isabel es una de ellas, y lo es desde hace tiempo. Es sanitaria, y ha tenido que luchar contra la Covid-19 en la residencia cordobesa en la que trabaja. Cumple con su paseo con mascarilla a rajatabla
"Lo hemos pasado muy mal, hemos sufrido mucha tensión y estoy totalmente de acuerdo con las medidas que se están tomando", afirma. Y se aleja por la orilla dispuesta a no dejarle el más mínimo resquicio a la pandemia. Sobre ella pasan, atronando el aire, tres cazas de la cercana base de Rota. Definitivamente, la lucha contra el virus es ya por tierra, mar, y aire.