García Ontiveros, psicóloga clínica: “Los sanitarios están muy dañados. Tienen insomnio, pesadillas, ansiedad, tristeza…”

  • Los psicólogos clínicos alertan del enrome coste emocional que está suponiendo la crisis del coronavirus para todos los sanitarios

  • Si no se actúa de forma inmediata, muchos sanitarios tendrán estrés postraumático a medio plazo

  • El hospital Gregorio Marañón organiza sesiones de grupo para todos los profesionales que lo necesiten

En una sala del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, seis médicos y enfermeros del turno de noche de la UCI se reúnen. Han acudido al trabajo una hora antes para recibir apoyo psicológico, ayuda para intentar digerir lo que están viviendo. Uno de ellos explica que no puede dormir, que tiene insomnio. Otro cuenta que los dolores de cabeza se han convertido en habituales. Algunos son capaces de expresar cómo se sienten. Otros, no. Son reuniones catárticas que sirven de punto de partida para el proceso de recuperación emocional que los sanitarios involucrados en la crisis del coronavirus deberán afrontar.

En cada uno de estos encuentros, están presentes los psicólogos clínicos del hospital. Los profesionales que están luchando sin descanso para cuidar de la salud mental de sus compañeros. Uno de ellos es Marisa García Ontiveros, que en un hueco de su apretada agenda, -“¿vamos a tardar mucho tiempo?”-, atiende por teléfono a NIUS. En la conversación, García Ontiveros recalca varias veces que hablemos en presente, “porque esto sigue, no se ha acabado”, y que la palabra clave en este momento es ‘cuidar’, “hay que cuidar a los sanitarios desde ya. Cuidarlos, cuidarlos y cuidarlos”.

PREGUNTA: Han pasado ya dos meses desde que el coronavirus nos golpeó de lleno a todos, especialmente a los hospitales. ¿Qué os estáis encontrando al tratar a vuestros compañeros sanitarios?, ¿cómo se encuentran, desde un punto de vista emocional?

RESPUESTA: Los sanitarios están muy cansados. Tanto física como psicológicamente. El cansancio es muy grande a estas alturas. Han tenido muy pocas libranzas y están agotados. Y a ese agotamiento físico se une lo que han tenido que vivir y las cosas que han tenido que ver. Todo eso provoca insomnio, que está siendo una constante en cada uno de nosotros. Creo que todos los sanitarios que estamos viviendo esta crisis tenemos problemas para poder dormir. Además, llegan las pesadillas, porque cuando tienes tanto estrés, tu cerebro no puede procesar todo eso que has estado viviendo durante el día, y sale durante el sueño. Todos estamos teniendo pesadillas. Y esto nos lleva a estados de ansiedad, tristeza, apatía o desánimo. Te tumbas en el sofá y no te apetece hacer nada, estás apático, sin energía, sin ganas, ni motivación… Por esta fase vamos a pasar todos.

P: ¿Cómo intentáis apoyar a estos sanitarios, cómo les podéis ayudar?

R: Tanto en las sesiones en grupos, como en las intervenciones individuales, que también son muchísimas, lo que intentamos es normalizar la situación por la que están pasando y las reacciones que están teniendo. Muchas veces los sanitarios no se reconocen en determinadas actitudes. Y tenemos que normalizarlas. Es normal lo que nos está pasando y las reacciones que estamos teniendo, lo que es anormal es la pandemia. Y lo que intentamos es poder poner todo eso que sentimos, en palabras. Expresar qué me pasa, qué me ocurre. Y una vez que soy capaz de hacer eso, lo comparto. Y me doy cuenta de que no estoy solo en esto, que nos está pasando a mucha gente lo mismo. Y eso, reconforta. El siguiente paso es intentar encontrar los recursos para afrontar todo esto, ver qué hemos hecho en otras ocasiones para superar otras situaciones complicadas. Es importante pararse.

P: Pero al principio de la crisis, muchos sanitarios no tenían tiempo para nada. Ni para pensar en ellos mismos.

R: Sí, cuando se desbordaron los hospitales, la presión asistencial era tan grande que los sanitarios no podían permitirse ni un momento. Ahora todavía tienen mucho trabajo, pero sí se pueden parar a pensar en cómo se encuentran. Lo están asimilando y se están dando cuenta de que tienen que hacer algo al respecto. Por eso, en este momento se está produciendo mucha demanda de ayuda profesional. Hemos llegado a tener hasta ocho sesiones grupales al día. Anunciábamos el sitio y la hora y los sanitarios venían. Las hemos hecho por la mañana, por la tarde, por la noche y hasta los fines de semana, porque teníamos que recoger a la gente que fuera cayendo en cualquier turno. Todavía las mantenemos y eso es bueno porque si los sanitarios no nos abrimos, vamos a somatizarlo todo y esta crisis nos va a acabar pasando factura sí o sí.

No puedes curar ni darles un buen final a los enfermos. Es justo lo contrario de lo que estabas entrenado para hacer

P: Los sanitarios han tenido que vivir en primera persona situaciones durísimas, muchas de ellas que a lo mejor ni imaginaban hace 3 meses. ¿Cómo está siendo para ellos luchar contra el coronavirus en primera línea de batalla?

R: Está siendo una experiencia traumática, en el sentido de que pasa algo que rompe todos tus esquemas. Tanto de tu mundo externo como del interno. Del externo me refiero a la enfermedad y a los pacientes que tienes que tratar. Es algo nuevo, desconocido, que te desborda. No puedes curar, ni acompañar a los enfermos, ni darles un buen final como hasta ahora hacías… Es justo lo contrario de lo que estabas entrenado para hacer. Y con respecto al mundo interno, las herramientas que usabas para afrontar las cosas han cambiado y ya no te sirven. Y todo pasa de repente. De un día para otro. Por eso es una experiencia absolutamente traumática.

P: Aunque todos los profesionales se han visto afectados, ¿son los que trabajan en las Unidades de Cuidados Intensivos los que peor se encuentran?

R: Sí, las Unidades de Críticos están más tocados. El sufrimiento ha sido más intenso y más mantenido. Ellos son los que han tenido que tomar decisiones durísimas, elecciones muy difíciles para cualquier médico. Han visto pacientes que se morían sin poder hacer nada para salvarlos, les han tenido que pedir a los familiares que no fuesen a ver a los suyos cuando estaban a punto de fallecer, han tenido que trabajar evitando cualquier tipo de contacto con los pacientes… A muchos de ellos, lo que han visto y han vivido se les está apareciendo ahora en forma de flash backs Imágenes durísimas que cuando cierras los ojos te aparecen de repente. Y todo esto tenemos que tratarlo. Tienes que hablarlo para ayudar al cerebro a que lo procese. Es un trabajo preventivo que estamos haciendo para que no queden secuelas importantes. Si no, muchísimos de nuestros sanitarios tendrán estrés postraumático a medio plazo.

El miedo al contagio es una constante. Sobre todo a contagiar a tu familia. Y ahí aparece la culpa

P: Y el miedo al contagio de los sanitarios, ¿qué papel ha jugado en esta crisis?

R: El miedo es una constante. Y está muy presente. Y digo ‘está’, porque es muy importante hablar en presente. Todavía estamos en contacto directo con enfermos COVID. Los sanitarios siguen exponiéndose al contagio. Además, ellos saben cómo evolucionan los pacientes. Y están viendo cómo mueren algunos de ellos. Y tú a lo mejor eres el próximo en contagiarte y te ves reflejado en ellos. Y el miedo no es tanto por contagiarte tú sino por contagiar a tu familia. Y ahí aparece la culpa. Y eso supone un sufrimiento emocional muy grande al que están sometidos todos los profesionales. Hay que cuidarles, darles un respiro y darles apoyo, porque están muy dañados.

P: Y eso aparte de lo que queda por delante.

R: Sí, porque llevan mucho acumulado. El gran esfuerzo que se ha pedido a todos los sanitarios, cómo cada uno ha entendido que tenía que estar allí de manera plena, dándolo todo… Es increíble el esfuerzo que han hecho y que siguen haciendo y todo esto ha funcionado por ellos. Así que hay que cuidarlos porque como haya un repunte, no sé cómo lo vamos a hacer.