Manuel ya no puede más. Es el rostro de muchos, pero él ha tomado una drástica decisión: ponerse en huelga de hambre para poder abrir su local en A Coruña catalogado de “café bar especial pub”. Ironías del destino, el local se llama pub Área Crítica. Y en esa situación crítica se encuentra Manuel, que suma más gastos que ingresos. Manuel lleva cuatro días en huelga de hambre para reclamar que le permitan abrir su negocio hasta la una de la madrugada.
El gerente de este local situado en el Orzán Área Crítica, Manuel Villaverde, explica en sus redes sociales que no puede trabajar ni en el mismo horario que el resto de establecimientos de hostelería por llevar asociada la denominación de “pub”, pues el ocio nocturno permanece cerrado por orden del Gobierno para evitar contagios de coronavirus.
“Ya está bien de criminalizarlo”, dice sobre el ocio nocturno este hostelero que recopila firmas para que la gente se sume a su demanda y poder “trabajar lo antes posible”. Su licencia, detalla Villaverde, le permite abrir su establecimiento desde las 10.00 horas de la mañana hasta las 05.00 horas de la madrugada, pero, según concreta, no puede hacerlo ahora ni hasta las 01:00 horas. “Llevo 25 años de trabajo digno y honrado y me quitan el trabajo sin motivo alguno y sin ninguna ayuda económica”, sostiene el empresario.
"Si me quedo por el camino, pues me quedo, pero que sea luchando porque nadie se va a reír de mí", asegura, a la vez que insiste en que lo único que quiere es que le "dejen trabajar", señala el hombre en declaraciones al Faro de Vigo. Tiene claro que este recurso extremo, que tiene más que preocupada a su familia es la única alternativa que le queda para poner rostro al drama que viven muchos negocios como el suyo, el de gente corriente que lleva décadas trabajando y lo puede perder ahora todo con la pandemia.
No entiendo por qué no me dejan trabajar como el resto de la hostelería, explicaba Manuel en Radio Voz delante del colchón que ha instalado en el bar para pasar esta huelga, que mantendrá hasta que consiga reunir 10.000 firmas para echar abajo esa normativa de la Xunta que nos prohíbe el derecho al trabajo.
"En 35 años no me han puesto ni una multa, he abierto por la mañana, por la tarde y por la noche sin problema alguno. De hecho mis vecinos han sido los primeros que han venido a firmar", señalaba Manuel en La Voz de Galicia. Como otros negocios, Lolo acondicionó su local a la nueva realidad, con una reforma en la que invirtió unos 4.000 euros que, sin abrir, es imposible rentabilizar: «Lo de la huelga es muy fuerte, lo sé. Sobre todo siendo yo diabético. Pero si me quieren matar de hambre, al menos que se entere la gente. No entiendo por qué nos ponen en el foco del virus si llevamos medio año cerrados» asegura este referente de la hostelería local que se emociona al enumerar los apoyos que está recibiendo: «Muchos están viniendo a firmar e incluso quieren ayudarme a nivel personal».