La Manada de Manresa no ingresará por ahora en prisión porque la sentencia no es firme y han estado siempre a disposición de la Justicia. Es la decisión del Tribunal que considera que aunque las penas son altas los tres condenados que sí se presentaron a la vista deberán presentarse de forma periódica en los juzgados, tienen prohibido salir de España y comunicarse con su víctima. Respecto a los otros dos implicados en la violación se mantiene la orden de búsqueda y captura.
Una joven de 17 años va a sufrir la peor noche de su vida. Todo empezaba con una noche de cubatas, porros y cervezas sin comer nada. Un día de fiesta en el que el destino cruza a la joven con un grupo de chicos de origen magrebí. Los había conocido en la calle y todo iba bien. Bailaron y uno de ellos la vio demasiado mareada y le ofreció un colchón para dormir. Era una trampa. Nada más tumbarse le quitó toda la ropa excepto el sujetador. Una vez la tuvo desnuda, le hizo tocamientos, se estiró sobre ella y la penetró vaginalmente. La menor confiesa que dijo no, pero no pudo quitárselo de encima porque era más fuerte que ella. Nada detuvo al joven. No solo eso.
Al terminar, el chico salió de la habitación y entró un segundo chico y un tercero y un cuarto. Solo hay dudas de que uno de ellos la penetrara. Uno incluso eyaculó en su vagina. En medio de la pesadilla la joven logró llamar al 112 (están grabadas en un CD y son coherentes con el relato dela joven) y relató lo sucedido especificando que había huido del lugar dejándose cosméticos y una prenda íntima. La policía los encontró en el lugar. Lo que dio más credibilidad aún a su declaración en comisaría. Ante el juez la versión no varió. Gracias a la luz de los móviles, usados para cometer las violaciones con luz, ella pudo ver el rostro de todos sus agresores.
La joven reconocía que estaba aplatanada por el alcohol pero que nunca se quedó dormida. Los rostros de sus presuntos violadores los tiene grabados a fuego. Así los describe. El primer entró y tenía barba, era moreno, de piel morena e iba sin camiseta. El segundo chico tenía el cabello corto, con tupé. El tercero tenía el pelo teñido de rubio. El cuarto tenía cicatrices en el brazo y era de complexión fuerte. Todas las descripciones coinciden con los acusados. La perjudicada reconoció espontáneamente tres de los cuatro detenidos en la vía pública ante los agentes de policía al poco de suceder los hechos. El cuarto detenido fue identificado como propietario de un móvil desde el que la menor habría llamado a la policía para pedir ayuda.
La Audiencia de Barcelona condenó a los cinco acusados de la conocida como manada de Manresa a penas de entre 10 y 12 años de prisión por un delito de abuso sexual y otro delito continuado de abuso sexual a una menor. Para dos de los acusados, la Sala 22 de esta instancia judicial impuso una pena más elevada (12 años) que al resto al considerar que en sus casos concretos se dio una situación de continuidad donde, estando ellos dos con la víctima en la misma escena, le pidieron "prestación sexual" pero se desestimaba la acusación de obstrucción a la justicia por el que estaba también procesado uno de ellos. La defensa anunció que recurriría la sentencia.