Uno de cada cuatro muertes por enfermedad cardíaca, infartos cerebrales o cáncer de pulmón se deben a la contaminación del aire, según acaba de advertir la Organización Mundial de la Salud. Un veneno progresivo que mata a 7 millones de personas al año. La utilización de combustibles sólidos o queroseno es una de las principales razones por las que se produce el mayor número de muertes en muchos países. La Organización advierte de que el mundo no avanza en políticas medioambientales al ritmo que debería y por ello convoca por primera vez una cumbre mundial sobre esta materia para finales de octubre.