Anunciaron 48 horas como el tiempo estimado para poder llegar a Julen, pero las malas noticias se suceden hoy. Primero ha sido el duro golpe de saber que la inestabilidad del terreno obligara a suspender la estrategia del segundo túnel horizontal y a optar por un solo túnel paralelo al pozo, donde permanece atrapado el niño de dos años. Los equipos, además, entubarán el pozo, para evitar desprendimientos de arena y piedras y garantizar la seguridad. Pero eso va a llevar más tiempo y la búsqueda es ya desesperada.
Ahora se ha sumado un nuevo miedo y es el mal tiempo que se avecina en Málaga, porque si ya está siendo una tarea hercúlea para trabajar sobre un terreno pedregoso y complejo, si llueve la situación puede resultar aún más compleja. Y las previsiones meteorológicas no ayudan.
"Los esfuerzos están en sacar al niño, por todas las vías que sean posibles. El túnel vertical se está avanzando sin problemas. En el horizontal había problemas de deslizamiento y se están reevaluando las cosas", ha explicado Juan López, delegado de Ingenieros Mineros del Sur. "Hacerlo en menos de dos días es muy complicado", ha agregado el delegado.
Los trabajos para rescatar a Julen prosiguen este jueves cuando se cumplen 90 horas desde que cayó al pozo mientras pasaba un domingo de campo con familiares y amigos en la localidad malagueña de Totalán. Así lo han indicado fuentes del dispositivo de rescate, que está integrado por un centenar de personas, en el que colaboran empresas privadas, y al que se ha sumado también la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa.
Los expertos se agarran, como la familia, al hilo de la esperanza, a que el niño en vez de estar de pie esté tumbado y pase la mayor parte del tiempo dormido porque así consumiría menos oxígeno. La gran esperanza es que Julen lloró tras la caída. Y que resista. Su padre cree que su pequeño hermano será el ángel que le ayude en esta agonía.