María Jesús M.C, más conocida como Maje, acusada del asesinato de su esposo, Antonio, cuyo cadáver fue hallado el 16 de agosto de 2017 en un garaje del barrio valenciano de Patraix con ocho puñaladas, ha hecho uso de su derecho a la última palabra en el juicio para pedir perdón a toda la familia de su esposo por no acudir "por egoísmo y cobardía" a la Policía cuando Salva, su entonces amante, le contó lo que había hecho. "Quiero mostrar mi arrepentimiento, no me lo podré perdonar, fui cobarde y egoísta, solo pensé en mí y en las consecuencias que podría tener", ha señalado.
Por su parte, Salva, su examante y autor confeso del crimen, ha insistido en que confirma "todo" lo que ha dicho durante el juicio --declaró que ella le pidió que matara a su marido y que no fallara-- y ha expresado su "profundo arrepentimiento".
Con estas declaraciones de Maje y Salva ha finalizado el juicio con jurado tras las exposiciones finales de sus defensas. El letrado de Maje, Javier Boix, ha pedido la absolución mientras que la letrada de Salva, Julita Martínez, ha pedido al jurado que tenga en cuenta las atenuantes de reparación del daño y confesión y reclama siete años y medio de prisión por la muerte.
Por contra, el ministerio público ha mantenido su calificación de los hechos y reclama 22 años de prisión para Maje, por un delito de asesinato con la circunstancia agravante de parentesco, y otros 18 para Salva, mientras que la acusación particular, que representa a la víctima, reclama 25 años para ella y 16 para él --ha rebajado cuatro años, según lo que solicitaba inicialmente--.
La defensa de Maje ha pedido la absolución porque "no hay ni una sola prueba directa, clara, eficaz que ponga relieve que Maje acordó con Salva matar a su esposo ni mucho menos en cómo lo tenía que matar". "Nunca hablan ni antes ni después, en ninguna de las múltiples conversaciones teléfonicas intervenidas y en la audición de la cafetería que se grabó ha quedado probado", ha señalado.
En ese sentido, ha arremetido contra las acusaciones por centrar su acusación en que "aunque no está probado no quiere decir que no pudiera pasar" lo que resulta "inadmisible" porque en derecho "lo no probado no está probado" y para "inducir al asesinato, la persona tiene que convencer a la otra de que mate y cómo tiene que matarlo".
Asimismo, ha afirmado que no existe móvil para el crimen, ni amoroso, porque se ha demostrado que Maje "las relacione sexuales las tenía por igual" con otros de sus amantes en vida de su marido, pero tampoco económico, como mantuvo la policía durante toda la fase de instrucción.
Así, ha argumentado que del seguro de la empresa, al no tratarse de un accidente laboral, solo percibiría 2.700 euros, los beneficiarios de otros de los seguros eran los padres de Antonio y hermano, mientras que la última aseguradora ha señalado que "no le consta expediente de cobro abierto por parte" de María Jesús. "El fiscal ha renunciado a los móviles, se pretende concluir es que María Jesús concertó la muerte porque sí, eso no es creíble", ha señalado.
Boix ha recalcado que "sí que hay móvil en él, en ella no". Así, ha cuestionado que la última declaración incriminatoria de Salva pueda servir de atenuante por confesión porque "no ha sido persistente sino contradictoria, no puede aportar detalles esenciales y busca un beneficio de reducción de la pena".
Además, ha mantenido que "no tienen ningún sentido planificar un crimen y que Salva vaya a casa de la hermana a contarlo, lo lógico es que no fuese ni se viesen" tras el crimen. Por último, ha rebatido que "tampoco tiene sentido común que esta mujer fría y planificadora rompiera" con Salva en la cárcel, pese a "la amenaza" que él, ha señalado el letrado, le lanzó en una carta directa el 16 de junio 2018 :"si todo es mentira ya se lo que tengo que hacer.....".
"Se juega más 20 años de cárcel por no continuar con él porque recibió otro consejo de que ya estaba bien de Salva, y aunque éste le amenazaba, ella piensa que si quiere cambiar de versión que haga lo que quiera porque yo no concerté nada", ha apuntado al jurado.
Boix ha anunciado que se reserva acciones judiciales contra el letrado de la acusación particular por manifestar públicamente que la madre "haba dicho que había cometido un delito de encubrimiento".
El abogado, ha señalado que el que Maje no denunciara a su amante "no acredita que acordaran matarlo" y ha recalcado además su conducta no encaja en del delito penal como "encubrimiento". "Muchos encubrimientos humanos no son delito", ha señalado.
Además, ha señalado que cuando la madre declaró en el juicio la conversación que había mantenido con su hija antes del ingreso en prisión se refería al "papel" que le llegó a Maje detallando las puñaladas que recibió.
Por contra la letrada de Salva ha afirmado que Maje "le convenció de tal forma que él era imprescindible en su vida que la única forma de ser felices era acabar con su matrimonio" y en ese sentido ha mantenido que Salva actuó porque "siempre pensó que era de amor verdadero y concertarían una vida en común".
"Hemos demostrado que ella fomentaba relación amorosa, nunca le dio calabazas, al revés", ha afirmado. "El contexto no sirve para justificarlo pero sí para comprenderlo y despertar compasión ante comportamientos que se salen de la razón y ética", ha señalado la letrada Julita Martínez.
Al respecto, ha afirmado que el cambio de versión de Salva tras diez meses en la cárcel "no fue acto de revancha ni desamor" sino que "se decidió a decir la verdad por su conciencia y porque comprendió la gravedad de lo que había hecho". "Perdió todo, la familia, el trabajo y perjudicó a gente, por un futuro hipotético con ella", ha señalado.
Asimismo, ha recalcado que, según demuestran los informes periciales de los psiquiatras, las cartas y las conversaciones telefónicas, Salva es una persona " extremadamente dependiente, le dijo que haría "cualquier cosa por ella", y ese servilismo hacia ella se mantuvo "tanto antes como posterior" al crimen.
La abogada ha recalcado al jurado que la autoconfesión de Salva ayudó a la Policía a "cerrar la piezas del puzle" y además existe la atenuante de arrepentimiento porque ha querido "reparar el daño, ya que la vida es irreparable, aportado su plan de pensión". "Pido al jurado una visión amplia y, pese que admite el delito, acepte las atenuantes". Salva se ha enjugado los ojos al término de la declaración de la abogada.