La Guardia Civil habría hallado sangre humana en la picadora industrial que se encontró en la vivienda de la mujer argentina de 55 años desaparecida en la calle de la Sacedilla en Majadahonda, Madrid, y ahora están está cotejando los restos encontrados con el ADN del hermano de la desaparecida. El presunto asesino de la mujer era el casero de la casa en la que esta vivía y ahora se encuentra detenido y en prisión provisional.
Las autoridades investigan la posibilidad de que el detenido esté detrás del asesinato de otras cuatro personas, que se tratarían de antiguas inquilinas y su tía, la cual está desaparecida desde hace 4 años y cuya desaparición fue denunciada por sus vecinos. Su sobrino dice que la llevó a una residencia geriátrica de Madrid. No se acuerda de cuál. Pero su nombre no figura en ninguna de las existentes en la Comunidad de Madrid. La desaparición de Adriana, la chica argentina que tenía alquilada una habitación en el chalet ha sido el detonante que ha propiciado la investigación policial.
La principal hipótesis que sostienen los agentes de Homicidios es que el casero, de 32 años, pudo haberla matado, descuartizado e introducido en bolsas de basura que habrían acabado en varios contenedores en los que se le vio dejar cuidadosamente bolsas de basura, según algunos vecinos.
Se ha iniciado una búsqueda por parte de la Guardia Civil en el vertedero de Pinto, que es el lugar donde acaban la basura recogida en dicha localidad, además del registro e inspección llevados a cabo en el chalé en el que la mujer vivía de alquiler. La picadora se encontraba en la planta baja de la casa y algunos vecinos aseguran que hace pocos días habría estado pintando las paredes.