Los 'madrileños por la costa' que Andalucía quiere "monitorizar": "Ya vivo casi más aquí que en Madrid"

  • Miles de madrileños tienen segundas residencias en la costa de Cádiz

  • Muchos llevan residiendo en ellas desde antes de decretarse el estado de alarma

Lola comprueba un boleto de la bonoloto en la administración de Zahara de los Atunes. Es madrileña, pero a esta alturas de la pandemía ya se ha hecho casi de aquí. Desde marzo vive en la que era su segunda residencia, y es, junto a su marido, uno de esos madrileños, a los que ayer el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, afirmaba querer "monitorizar". Conseguir hablar con ella no es fácil, tal y como se han puesto las cosas, ser madrileño en la costa se hace complicado.

"Son cosas del PP", afirma esta ingeniera naval ya jubilada. "Estoy aquí desde que comenzó el confinamiento, vivo ya casi más aquí que en Madrid, lo que ayer le oí al presidente de la Junta es lo que suele decir el PP. A mí me da igual, yo no me siento ni vigilada, ni nada. Ni ahora, ni desde marzo, cuando vine".

"Monitorizarnos me parece exagerado. Son los médicos los que tienen que decir eso, no los políticos.

Mientras Lola se aleja de la administración, un Mercedes con algunos años aparca frente a ella. De él se baja un matrimonio de jubilados enmascarados. Mantienen 700 kilómetros de distancia con Madrid, e intentan mantenerla con el periodista, al que no dejan acercarse a menos de cuatro metros de distancia. Al final, acceden a contestar.

"Monitorizarnos me parece exagerado", dice el hombre. "Son los médicos los que tienen que decir eso, no los políticos. A ver si alguien toma el mando de la sanidad y lo dice claro, los políticos se podían callar en esto de una vez". A su lado, su pareja asiente. Ni él ni ella se dan por aludidos con eso de la monitorización: "Yo personalmente no me siento estigmatizada, porque es que me da igual que seas de Madrid o del País Vasco, o de donde seas, si no respetamos las normas esto se seguirá extendiendo".

Zahara, a estás alturas de año, recién empezado el otoño, está lejos de un verano que ha aumentado el numero de positivos en la zona. En la playa hay poca gente. En las calles, y urbanizaciones, también. La distancia social se mide en decenas de metros. Wenceslao y Mercedes se han acercado a casa de un amigo para saludarle. Sí, son de Madrid, sí, tienen una segunda residencia en estas playas, pero bastante se monitorizan ellos, con sus setenta años ya cumplidos, como para necesitar más vigilancia.

"Parece que hay que vigilarnos a los de Madrid", lamenta Wenceslao. "A Madrid va todo el mundo de todas partes y nadie se extraña, y ahora resulta que los de Madrid somos la peste más o menos".

"A Madrid va todo el mundo de todas partes y nadie se extraña, y ahora resulta que los de Madrid somos la peste más o menos"

"Como quieran monitorizarnos tienen trabajo para rato", señala sonriente Mercedes. "Somos muchísimos los madrileños que tienen segundas residencias por toda España. Tienen derecho a ir y venir a donde quieran".

Hace más de treinta y nueve años que tienen su casa en Zahara, se sienten tan seguros aquí como en Madrid. Son las personas, no los sitios, "hoy la seguridad no existe, no existe en ningún sitio", remata Wenceslao.

Madrileños por la costa. La Junta, donde dijo ayer a través de su presidente, "monitorizar", habla hoy, en palabras de su Consejero de Salud, de "testeos" en aquellas zonas donde se detecte "un aumento importante de positivos", y niega cualquier atisbo de madrileñofobia. “Andalucía es una tierra de acogida, y de acogida de muchísimos madrileños, que tienen una segunda residencia”.