Madrid gasta casi tres millones al año en limpiar grafitis. Se encuentran por toda la ciudad, en negocios, en puertas. Forma parte del paisaje urbano y eso no quiere decir que sea del gusto de la gente. Y la calle pide al ayuntamiento mano dura. Las multas por estas pintadas van desde 300 euros a 6.000.
Ahora el consistorio madrileño quiere convertirse en ejemplo para el resto de España: pretende endurecer las sanciones. Las intervenciones de limpieza de grafitis han aumentado un 90 % en un año. Los hay que piden un emplazamiento regulado para dar pie al arte urbano.