Las bajas temperaturas, sin duda, no ayudan a derretir el hielo que sigue en muchas calles de Madrid y que complica labores básicas como la recogida de basuras. El servicio sólo ha retirado el 13% de las 9.000 toneladas que hay acumuladas. La comunidad sigue lejos de alcanzar la normalidad.
Una semana después de la gran nevada quedan muchos restos de Filomena demasiados. Y bastante trabajo por hacer, tanto arriba, en los tejados y cornisas, como a ras de suelo
El Retiro sigue cerrado y las calles aledañas, repletas de obstáculos. Salir a la calle es como hace una yincana, dice una vecina. Y es que crees que está bien y te escurres”, señala otro hombre.
Salir a la calle aún es una actividad de riesgo en la capital. Ni a pie, ni en coche, ni en bici está uno seguro. El hielo no lo pone fácil.
Muchas calles están ya despejadas, sobre todo las principales, sin embargo, las más pequeñas siguen casi como el primer día. O peor porque la nieve se ha helado.
La nieve sigue invadiendo muchísimas aceras, al igual que la basura. Los camiones de recogida ya empiezan a llevarse toneladas y toneladas.
Sin embargo, en barrios como Vallecas se sienten abandonados. “Habrán limpiado en el centro porque por Vallecas ya te digo yo que no”, dice una mujer.
Mucha paciencia porque aunque el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, dijo que el viernes se alcanzaría la normalidad, se está muy lejos de ella todavía.
El Ayuntamiento ya ha pedido la declaración de zona catastrófica. El alcalde ha pedido celeridad al Gobierno central, sin embargo, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, ya ha dicho que la prioridad es la vuelta a la normalidad. El Consistorio ha dado una estimación de los daños de casi 1.400 millones de euros.
Por su parte, la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, ya dijo el jueves que pedirá también la declaración de zona catastrófica para toda la región.