La Comunidad de Madrid avanza hacia la normalidad una semana después de la llegada de la borrasca Filomena que desató en la región una nevada histórica cuyas consecuencias intentan solventar aún los ayuntamientos; una labor por la que muchos de ellos han pedido al Gobierno central ser declarados zona catastrófica, la misma solicitud que ha hecho la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, para el conjunto de la autonomía.
El temporal impactó el pasado viernes en la región cubriéndola de blanco y dejando imágenes insólitas Las calles quedaron colapsadas, los coches atrapados y muchos madrileños --en contra de las indicaciones de las administraciones-- salieron a hacer guerras de bolas, muñecos de nieve e, incluso, algunos sacaron los esquís para aprovechar las improvisadas pistas en las que se habían convertido las vías del callejero madrileño.
Las instituciones se vieron sobrepasadas por la nevada, que duró tres días y que afectó a estructuras críticas como Barajas, a edificios como 'La Nevera' del colegio Ramiro de Maeztu --que colapsó-- o a las zonas verdes de la región que vieron como muchos de sus árboles no pudieron soportar el inusual peso de la nieve acumulada y cayeron.
Filomena se convirtió así en una crisis de protección civil y los resortes del Gobierno regional y de los municipios pusieron en marcha alternativas para garantizar la movilidad, restaurar el abastecimiento y hacer transitables sus calles y carreteras --esto último con el apoyo de maquinaria de otras autonomías, como la andaluza, o de la Unidad Militar de Emergencia (UME)--. Cinco días después de que dejara de nevar, empieza a recuperarse cierta normalidad.
Una vez pasado el temporal, el foco se ha puesto en los daños ocasionados por Filomena. Pronto comenzaron algunos ayuntamientos, el primero el de la capital, a sugerir que sus efectos eran lo suficientemente graves como para declarar la región como "zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil" --conocida anteriormente como zona catastrófica--.
Una posibilidad que empezó a sonar en varios municipios de la autonomía a los que la Ayuso se comprometió a dar apoyo si la llevaban a cabo. Finalmente la dirigente, al adelantar muchos consistorios que lo pedirían, anunció el jueves que pediría que se reconociese a la autonomía en su conjunto como zona catastrófica.
La ciudad de Madrid, por su parte, aprobó este pasado jueves de manera formal recibir esta denominación; el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, pidió entonces "celeridad" en la respuesta para "aligerar" la situación que vive la capital, sobre todo por los madrileños "gravemente afectados".
En una primera estimación, el Consistorio capitalino ha cifrado los daños causados por esta gran nevada en 1.398 millones de euros. La cifra, "estimativa", ha sido calculada "en función de daños a la actividad económica y también daños a infraestructuras y bienes al Ayuntamiento".
Fue muy gráfico Almeida en su explicación sobre la necesidad de la capital de recibir estas ayudas. "En esta ciudad cayeron 1.250.000 kilos de nieve en 30 horas; 22,3 millones de metros cúbicos de nieve. Implica poner una fila de camiones desde Madrid a Bruselas, y aún así, 120 kilómetros más. Se ha producido una catástrofe en la ciudad de Madrid con grave afección a bienes y la actividad económica", aseveró.
Uno de los aspectos donde más golpeó Filomena fueron los árboles de la capital. De los casi 1,8 millones de árboles que hay en la ciudad, 150.000 del eje viario están afectados por la nevada, alrededor del 20% del total. En parques históricos como El Retiro este porcentaje se eleva hasta el 68% (alrededor de 32.500 árboles); un 12 % en parques singulares (64.140) y 403.000 en la Casa de Campo (más del 64 % podría tener daños importantes).
A la capital se han sumado muchos municipios de la región, encabezados por la izquierda y por la derecha, que pedirán la misma declaración, como es el caso de Fuenlabrada, Aranjuez, Alcorcón --que lo anunciaron a principios de semana-- o Torrelodones, Leganés y Las Rozas --últimos en anunciarlo este mismo viernes--.
Filomena puso en jaque también al transporte público, que vertebra la región, al hacer inviable que circularan los autobuses y la red de Cercanías. Ante ello, Metro de Madrid se convirtió en sostén de la movilidad y concatenó seis jornadas abierto 24 horas, un hito que no había sucedido en los más de 100 años de este servicio público.
Una semana después, la Comunidad ha pasado de tener las vías colapsadas a que toda su red principal de carreteras esté sin ninguna restricción y que solo un tramo de un kilómetro en la secundaria permanezca cortado. Asimismo, los autobuses han vuelto a las calles, concretamente hay 256 líneas en funcionamiento, de las cuales 220 son interurbanos y otros 36 urbanos en catorce municipios. Además, este viernes entran en funcionamiento 40 líneas de autobuses nocturnos del Consorcio Regional de Transportes de Madrid, aunque Metro de Madrid continuará esta noche abierto.
La nieve también hizo que las plataformas de logística fuesen incapacides llegar a los establecimientos y los camiones de hacer lo propio a plataformas de distribución como Mercamadrid, provocando desabastecimiento en supermercados.
A lo largo de la semana se ha ido restituyendo este suministro. El consejero de Economía, Empleo y Competitividad, Manuel Giménez, anunció el jueves que el abastecimiento ya estaba "normalizado" en la región y que a lo largo de la semana habían llegado a Mercamadrid más de 32.000 toneladas de alimentos, con una media diaria de 800 vehículos.
El consejero precisó que había aún problemas "puntuales" en establecimientos en vías estrechas o secundarias donde "la última milla" --los últimos metros antes de llegar a la tienda-- aún no habían sido despejados en zonas como Puente de Vallecas, Tetuán o municipios como Fuenlabrada o Valdemoro. Todo ello en una semana vital para los comercios, el inicio de las rebajas de invierno.
Uno de los principales objetivos durante y tras amainar la borrasca fue habilitar los accesos a los centros sanitarios y hospitales, especialmente ahora en pleno ascenso de la tercera ola del Covid. Este viernes el viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid, Antonio Zapatero, lanzó un mensaje de tranquilidad y aseguró que está "plenamente garantizada la atención sanitaria" y que se está volviendo a la normalidad.
Añadió, además que el 90% de los centros de salud están operativos, que el SUMMA112 está restituido y que durante estos días ha atendido más de 31.000 llamadas de teléfono y que, además, estos días se han seguido realizando cerca de 200.000 consultas diarias.
En cambio, los colegios sí que siguen afectados. En un principio se suspendieron las clases hasta el lunes, pero, finalmente el Gobierno regional ha aplazado hasta el miércoles su reapertura ante los "problemas de accesibilidad" que presentaban muchos centros en varios ayuntamientos de la región.
Este cierre no afecta a las universidades, que sí que recuperarán su actividad presencial este lunes excepto la Universidad Complutense de Madrid, que volverá el miércoles, y la Autónoma de Madrid, que retomará el lunes 25.