Un niño de 9 años estaba tan feliz jugando en la nieve cuando de repente perdió el teléfono móvil que llevaba consigo. Después de pasarse mucho tiempo buscándolo, decidió rendirse y volver llorando a su hogar, tal y como informa el portal web Trome.
En cuanto la progenitora del niño descubrió lo que le había ocurrido a su teléfono, esta entró en cólera y procedió a atarle a una silla y propinarle golpes al cuerpo durante cinco horas. Después de esta brutal paliza, el niño, de nombre Qiu Yi Qiuku, falleció.