Estaba obsesionada con la idea de que su marido amaba más a la hija que compartían, –de apenas 3 semanas de edad–, que a ella. Fue eso lo que presuntamente la impulsó a perpetrar el acto más macabro: un enfermizo ataque de celos. Aprovechando que su esposo salió de casa unos instantes para tirar la basura, cogió a su hija y la asesinó cortándole el cuello con un cuchillo. Cuando el hombre volvió al domicilio, se dio de bruces con la dramática escena. Su mujer, de 21 años y oriunda de Ucrania, se encontraba con las manos cubiertas de sangre. Rápidamente, como informa Daily Mail, se dirigió a la habitación donde se encontraba la recién nacida, a la que halló en un charco de sangre.
En shock, y en medio de la terrible escena, llamó a los servicios de emergencias, que cuando acudieron al lugar escucharon a la joven preguntar a su marido: “¿Por qué estás llorando?”, según han manifestado.
Nada pudieron hacer por salvar la vida de la pequeña, que “murió de la herida en su garganta realizada con un cuchillo”, como ha confirmado la policía, que encontró el arma blanca en el fregadero al acudir al domicilio.
La madre “ni siquiera pudo explicar por qué lo hizo” e incluso “no podía recordar lo que estaba haciendo durante el día”, según las autoridades, que han precisado que ahora será sometida a una evaluación psiquiátrica.
En noviembre del pasado año, la arrestada, que según su suegra padecía celos enfermizos con la niña, sufrió una meningoencefalitis que pudo afectarle a su salud mental, razón por la cual estuvo en tratamiento recientemente. Sin embargo, poco después de dar a luz, y considerando los especialistas que ya estaba bien, dejó de acudir al centro donde recibía atención.
Ahora, el informe y la evaluación psiquiátrica serán claves para determinar si la joven era completamente responsable de sus acciones, en cuyo caso será culpada de un delito de asesinato premeditado de un menor, lo que podría llevarla a pasar 15 años entre rejas.
(Fotografía: www.houstondwiattorney.net)
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