Jayne Hobbs, una mujer británica, había notado que su lunar se estaba volviendo más oscuro pero no lo había dado importancia. Un día acudió a hacerse un tratamiento de belleza y su esteticista, Erika Hodgkiss, se dio cuenta de que un lunar del pecho había cambiado su forma. A la mujer le pareció sospechoso y le recomendó que fuera al médico.
El médico le diagnosticó un melanoma, que le operaron de inmediato. "Es difícil imaginar lo que podría haber pasado si no hubiese ido a hacerme el tratamiento facial con Erika”, ha declarado la mujer al diario Daily Mail.
Su esteticista le salvó la vida. La mujer ha explicado aprendió a detectar señales de cáncer de piel en cursos especiales para esteticistas, peluqueros, masajistas y otros profesionales de la belleza y la salud. Es más, Hodgkiss ya ha conseguido detectar lunares sospechosos en otras dos clientas que al acudir al médico confirmaron que eran melanomas.