Luca, italiano de de 41 años, soltero, gay y católico, acogió a la bebé el pasado año después de ser abandonada al poco de nacer. Él cuenta a medios británicos que siempre quiso ser padre, "formar una familia", y que tenía claro que quería adoptar a un niño discapacitado. "A ojos de muchos somos los diferentes", sostiene en un artículo publicado en el medio italiano Io Donna.
El proceso de adopción fue largo y difícil ya que en Italia los padres solteros no podían adoptar. Al principio de 2017 la ley cambió y finalmente pudo entrar en las listas. "Me dijeron que solo me darían niños con enfermedades, discapacidades severas o problemas de comportamiento, un niño que hubiera sido rechazado por todas las familias tradicionales", cuenta Luca, quien aceptó encantadísima la propuesta.
La vida de Luca "revolucionó completamente" al conocer a Alba, a quien acogió cuando tan solo tenía 13 días. "Alba es una niña feliz, muy feliz, no lo digo yo, sino su hermosa sonrisa y sus ojos azules. Ha dado sentido no solo a mi vida, sino también a la de mi familia. Tras conocer a Alba, ha cambiado su forma de ver la discapacidad", señala.
"Ahora todo gira en torno a ella. Me trajo felicidad y una sensación de plenitud. Estoy orgulloso de ser su padre. Nunca fue mi segunda opción. Yo la quería a ella", concluye.