“El mayor premio es compartirlo”, rezaba el título del anuncio de la Lotería de Navidad del año pasado. Pero Ángela López ha pensado que el mayor premio es dejar de trabajar.
Nacida en Madrid, se trasladó a Galicia, a la ciudad de Landro, cogiendo el traspaso de A de Vierio, una mercería con más de cuatro décadas de antigüedad. Curiosamente, 11 días antes de ser agraciada con el premio trasladó la tienda de ubicación, sin saber que su vida iba a cambiar en menos de dos semanas.
Y aunque no ha querido revelar cuánto dinero le tocó, sí que ha explicado cómo se percató de que era rica, según ha explicado a La Voz de Galicia: “Mi marido y yo no jugamos nunca a la lotería, así que ni siquiera estábamos pendientes del sorteo. Pero alguien dijo: 'El gordo tocó en Vilalba', y recordé que a él le habían regalado lotería allí, en el bar Cascudo, porque trabaja mucho por esa zona”.
Todo a un euro
Camisetas, bragas, calzoncillos o calcetines son algunos de los productos que Ángela López vende a un euro. Y no sólo eso, también artículos de corsetería, carretes y bobinas de hilo o delantales. Ella misma ha relatado que durante un mes puso todo al 50% de descuento “pero si quieres liquidar toda la mercancía de verdad, tienes que hacer algo así para atraer a la gente”.
Además de la mercería de Ángela, su marido, maderista, también cerró su empresa, que contaba con dos empleados, tras ganar el importante pellizco del Gordo de Navidad.