Los resultados del último estudio de Cigna, ‘360 Wellbeing Survey 2019: Well and Beyond’2, revelan que el 33% de los españoles cree que, seguramente, tendrá que trabajar durante la españoles vejez, y es que según los últimos datos de la Encuesta de Población activa actualmente, el 18% de la población ocupada tiene más de 55 años, lo que supone un incremento del 7% respecto al año anterior.
Un dato que, en vista del reto demográfico, seguirá aumentando en un futuro, incluso más allá de los 65 años de edad. Esta creencia está especialmente presente entre la población masculina (39% frente al 27% de mujeres) y los jóvenes millennials de entre 25-34 años (43%, en comparación con los de entre 35 y 44 años -35%-, 45 y 54 años -31%- y 55 y 64 años -19%-).
Las razones de hacerlo, según ellos, son: por obligación (48%), para estar física y mentalmente activos (45%) o para sentirse útiles (32%). Otras causas residen en la necesidad de mantenerse ocupados de cara a la tercera edad (18%) y por el deseo de intercambiar habilidades o experiencias con empleados más jóvenes (13%).
Es por esto que muchas empresas ya están trabajando en estrategias globales de gestión de empleados multigeneracionales, poniendo el foco en el bienestar de los grupos de mayor edad. Sin embargo, los datos de la aseguradora muestran que todavía queda mucho por hacer.
Según estos resultados de Cigna, solo un 16% de los españoles ve a las empresas dispuestas a contratar empleados mayores, y únicamente el 53% de los encuestados reconoce que le gustaría trabajar con compañeros de esta edad. Los más dispuestos son los millenials (25-34 años) con un 59% de adeptos. Este porcentaje baja en el caso de las personas de entre 35 y 44 años hasta el 56%, en el grupo de 45-54 años (50%) y en aquellos que tienen entre 55 y 64 años (43%).
Ana Romeo, Directora de Recursos Humanos de Cigna, explica que: “El panorama empresarial se irá caracterizando cada vez más por un equipo de trabajo multigeneracional. Las diferencias entre cada generación son perceptibles en distintos aspectos, tales como en la forma de trabajar, en la manera de ver la vida, en la relación con la tecnología, en la facilidad para aprender nuevos conocimientos o, incluso, en el valor que se le da a la experiencia”. Añade que esta es la razón por las empresas deberán incorporar a estos grupos, “será tarea de las empresas gestionar estos equipos multigeneracionales y ofrecer propuestas de valor adaptadas, ya no sólo averiguando las demandas comunes al conjunto del equipo, sino también indagando en las preferencias de cada uno de los colectivos y generaciones”.
Según el estudio, los encuestados nacionales son bastante positivos con respecto al futuro de su salud, ya que al 59% no le preocupa que su salud mental se vea afectada y el 57% está seguro de que disfrutará de una vida saludable y activa cuando envejezca.
Sin embargo entre las cuestiones que les inquietan: el 75% de los españoles teme sufrir alguna enfermedad o problema médico. En concreto, el 36% está seguro de que tendrá que afrontar un deterioro de la vista o problemas oculares, y que su movilidad se verá reducida (25%). Otras enfermedades que también preocupan son: hipertensión (20%), dolencias cardiovasculares (19%), osteoporosis (16%), demencia senil o alzhéimer (13%), cáncer (13%), diabetes (9%) o depresión (8%).
Al preguntar a los encuestados a qué edad una persona se considera anciana, en nuestro país se estima que a los 69 años. En 2018, los españoles apuntaban a los 73 años. Entre los países analizados en el estudio demuestra que somos los más optimistas en este aspecto, frente a países como Australia (67 años), Estados Unidos (66), Reino Unido (65 años), Alemania (65 años), Hong Kong (62 años) o China (62 años).
De hecho, la aseguradora de salud ha concluido que los mercados occidentales desarrollados con una alta esperanza de vida tienen una mayor percepción de la edad. Sin embargo, los países asiáticos que también presentan esta característica hacen una estimación más a la baja.