La alegría tras el anuncio de Pfizer de que ya tiene una vacuna eficaz contra la pandemia de covid-19 ha durado poco. El suflé de las esperanzas ha empezado a desinflarse al conocer la complicada logística del transporte del antídoto: en congeladores a 80 grados bajo cero. Ya lo ha avisado el subdirector de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el doctor Jarbas Barbosa, ningún sistema de salud del mundo está preparado para cubrir las necesidades de almacenamiento y transporte de la cadena de frío de dos de las vacunas de la covid-19 que actualmente se encuentran en la tercera fase de ensayos clínicos.
Pfizer y BioNTech han activado ya su extensa red de fabricación para producir la vacuna a partir del momento en el que sea aprobada para covid-19. Ambas farmacéuticas pretenden que se lo más rápido posible en beneficio de los más necesitados en todo el mundo.
La amplitud de este programa debería permitir la producción de millones de dosis de vacunas en 2020, aumentando a cientos de millones en 2021.
Además, tres plantas de producción de Pfizer en Estados Unidos (Massachusetts, Michigan y Missouri) y una en Puurs, Bélgica, han sido identificadas como centros adicionales de fabricación para la producción de la vacuna para covid-19. A través de sus centros de producción de ARNm existentes en Mainz e Idar-Oberstein, Alemania, BioNTech planea aumentar su capacidad de producción para proporcionar capacidades adicionales para un suministro global de la potencial vacuna.
Pero el principal obstáculo está en la necesidad de conservación y transporte a menos 80 grados centígrados y para lograrlo harán falta dispositivos similares a un frigorífico capaces de alcanzar los -80ºC necesarios para productos en los que "se conserve vida". El congelador, según los expertos, suele tener un precio de "alrededor de unos 10.000 euros".
Otro de los inconvenientes de este sistema es que no está presente en lo que a buen seguro serán los principales puntos de vacunación, los centros de Atención Primaria del país por lo que, según estas mismas fuentes, "habría que dotar a todos los centros donde se distribuyese la vacuna de este tipo de congelador".
A esto es a lo que se refiere el rsponsable de la OMS cuando asegura que si los países van a utilizar esas vacunas tendrán que preparase, algo muy distinto a lo que locurrirá si salen adelante otros desarrollos de la vacuna que están en fase 3 y que sí se pueden manejar en las cadenas de frío que encontramos hoy en cualquier país", ha advertido.
Para facilitar esta compleja distribución, Barbosa ha avanzado que la Organización Panamericana de la Salud está hablando con instituciones financieras para fortalecer las cadenas de frío de los países, ya que cualquier nación del mundo que quiera usar la vacuna va a necesitar cambios o conseguir nuevos almacenes para conservarla a esa baja temperatura.
Sin embargo, ha especificado que cuando la vacuna llega a las salas de vacunación no es necesario que se encuentre a -70ºC, ya que se puede almacenar entre 2ºC y 8ºC durante un periodo de hasta cinco días. "El problema va a encontrarse en los almacenes centrales y en el transporte y ahí ha de haber una inversión, pero este es un desafío para todo el mundo ya que por primera vez vamos a tener vacunas con estas características disponibles", ha concretado.
Por su parte, el director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la OPS, Marcos Espinal, ha indicado que Pfizer está alcanzando acuerdos bilaterales con varios países, entre ellos los latinoamericanos, como en Argentina, Chile, México, Ecuador y que sigue negociando con Perú y Brasil.