Le llamamos Jesús, nombre ficticio. Tiene 34 años. Hace once años realizó su primera apuesta, fue una apuesta deportiva online, aunque con el paso del tiempo fueron tantas que hoy no se acuerda de ningún detalle más de la primera.
Hasta 2014 siguió apostando de forma esporádica, sin embargo, a partir de ese año entró en un círculo vicioso. Su obsesión por apostar llegó hasta tal punto que fue a su banco a pedir un préstamo cuando dejó de tener liquidez para jugar, en ese momento comenzó a pensar que tenía un problema.
Un vicio que no solo afectó a su situación económica, también al terreno más personal, “Empecé a dejar de salir con mis amigos, perdí a mi pareja, también perdí el piso donde vivía, prácticamente lo que era mi vida al completo”.
Tras esto, volvió a casa de sus padres, fueron ellos los que le ayudaron a salir del bucle en el que había entrado años atrás. Hoy, con la perspectiva del tiempo, sitúa la cifra gastada entre unos 60000 y 80000 euros.
El terreno en el que se movía Jesús siempre fue el de las apuestas online, sin embargo su opinión sobre las casas de apuestas refleja un problema acuciante en la sociedad actual. “Hay muchísimas casas de apuestas por todos lados, en sitios con pobreza, con dificultades de conseguir dinero y se aprovechan de la gente que lo necesita para arruinarla aún más”, se lamenta.
Solo en Madrid hay casi 400 casas de apuestas, negocios que dejan a muchos endeudados de por vida. La asociación ALYA (Asociación para la Ludopatía y las nuevas Adicciones) trabaja con los más débiles. Aseguran que “Antes se endeudaban 30.000 o 40.000 euros en diez o quince años, ahora acumulan la misma cantidad en solo dos o tres”, aseguran.
Actualmente Jesús se encuentra recuperado tras dos años de lucha contra su adicción. Sin embargo, sigue pagando las consecuencias de esta época de su vida. A pesar de haber conseguido ser independiente de nuevo, sigue endeudado por los microcréditos que le concedían las casas.
Las casas de apuestas ofrecen microcréditos con intereses muy altos, que incluso llegan a duplicar o triplicar la cifra concedida. Jesús llegó a deber entre microcréditos, tarjetas basura y prestamos más de 42.000 euros.
Un terreno que bien conoce Sergio (@LudopataRehabilitado), ludópata rehabilitado que comenzó a jugar en casas de apuestas a los 16 años. A pesar de ser ilegal los menores son clientes frecuentes en este tipo de negocios.
Sergio comenzó jugando en la ruleta y las tragaperras. Tres años después las apuestas a las que dedicaba todo su tiempo eran las deportivas. Nos cuenta que en el negocio que frecuentaba se sentía “como en casa”, le daban de comer y de beber gratis e incluso llegaron a prestarle dinero por ser un cliente habitual, a pesar de ser ilegal.
La necesidad de Sergio por jugar llegó hasta el punto de robar dinero a sus compañeros de piso para apostar o gastar el dinero que le daban para el alquiler sus padres. “Planeaba hasta atracos en mi cabeza, hasta tirones de bolso por la calle”, declara.
La mayor cifra que manejó en una sola apuesta, 13.000 euros, ganó esta cantidad y la perdió tan solo dos horas después. Cifras mucho más habituales, pero también impresionantes, eran las de 3.000, 4.000 o 7.000 euros.
El problema principal de la ludopatía actual radica, según este joven, en que “el ludópata antiguo jugaba en el bar con las tragaperras”, por lo tanto había un horario establecido, acorde a la apertura y cierre del establecimiento. Sin embargo, “el de hoy es un chaval que está en su habitación y que nadie sabe lo que está haciendo, y eso es mucho más peligroso”.
El juego online prevalece por la posibilidad de enganchar, son apuestas mucho más activas, inmediatas. El jugador puede estar apostando 24 horas desde su casa, sin necesidad de que nadie lo sepa.
El estado de ánimo de Sergio llegó a depender totalmente de la liquidez que tenía para apostar, “cuando tienes dinero se acaba el bajón, cuando se acaba el dinero vuelve el bajón”.
Estos dos jóvenes han hecho de su adicción algo constructivo para los que sufren una situación como la que ellos superaron. A pesar, de que como ambos confiesan, es algo con lo que tendrán que luchar de por vida.
Jesús ayuda a personas que tratan de superar su adicción desde la asociación en la que a él mismo le ayudaron. Él recibió tratamiento durante dos años, cuando recibió el alta terapéutica, quiso aportar a los demás con su experiencia.
Sergio desde su perfil (@LudopataRehabilitado) recibe constantemente consultas de jóvenes que creen que han llegado a un punto crítico en su participación en las apuestas online. Estos jóvenes, según nos cuenta, siempre tienen miedo a contárselo a sus familiares , sin embargo, tanto Sergio como Jesús coinciden en que es el primer paso para una recuperación efectiva y desde donde más te podrán ayudar.
Además, Sergio ofrece charlas en distintos centros educativos para prevenir la ludopatía en todas sus formas. Principalmente se las ofrece a adolescentes que rondan los 16 años, edad en la que él comenzó a apostar.