Los problemas que Armstrong, Aldrin y Collins consiguieron solventar durante su llegada a la luna
Hubo problemas de comunicación entre la nave y el centro de control
20 de julio de 1969, el módulo Eagle con Neil Armstrong y Edwin Aldrin a bordo se desacopla del Columbia, pilotado por Michael Collins, que continúa girando alrededor de La Luna. La gran gesta de la humanidad va a resultar más complicada de lo esperado. Hay graves problemas de comunicación entre la nave espacial y el centro de control debidos a la señal de la antena de alta ganancia, que se solventan cambiando la orientación de Eagle.
Las dificultades continúan: la nave empieza a descender más rápido de lo que debería y a cinco minutos del alunizaje el ordenador de a bordo manda alarmas. Está sobrecargado de tareas, pero es capaz de priorizar lo importante. Amstrong observa por la ventana que es bastante rocosa la zona donde querían aterrizar. Con nervios de acero, toma el control manual y pilota en dirección oeste. Con apenas unos segundos de combustible, logra alunizar para hacer historia. Una hazaña en la que arriesgaron sus vidas para dejar una huella por la que siempre serán recordados.