Turno de limpiar y cuantificar daños en las localidades más afectadas por las lluvias de la DANA
Tarragona y Toledo, las provincias más afectadas por las riadas causadas por las tormentas
"La mayoría de vecinos han perdido la casa o la tienen muy inundada”
En Toledo, las calles son un auténtico lodazal y no hay pala para limpiar
El temporal de lluvia de los últimos días empieza a remitir pero los municipios afectados están aún lejos de recuperar la normalidad. Es momento de hacer limpieza y cuantificar los daños. Hay mobiliario urbano, carreteras, viviendas y negocios destrozados. Lo peor está en Tarragona y Toledo. Varios Ayuntamientos ya han adelantado que pedirán la declaración de zona catastrófica.
No hay pala que alcance a quitar tanto barro. Ni manos suficientes para limpiar en Alcanar y Sant Carles de la Ràpita, en Tarragona. “La mayoría han perdido la casa o la tienen muy inundada”, cuenta un vecino.
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Muchos bajos en la localidad siguen con los vecinos tratando de salvar sus muebles. El agua recorrió 300 metros de ancho entrando en cada rincón. Hay negocios, como un vivero, arrasados por completo. “Hay mucho daño. No se puede cuantificar”, explican los dueños.
El bar de Rosa es otro ejemplo del desastre. No ha quedado nada. “Quita hasta las ganas no hay nada que puedas salvar todo está para tirar...”, admite la mujer.
No hubo tiempo de reaccionar en el camping de Alcanar. Las lonas y las caravanas no aguantaron y un helicóptero tuvo que acudir al rescate.
Todos los vecinos están ya a salvo pero aún con el miedo que tardará en irse. “Yo pensaba que aquí se iba a acabar todo”, cuenta un testigo.
En Toledo, una marca en la pared les recuerda hasta donde llegó el agua. Junto a Tarragona, esta localidad manchega se ha llevado la peor parte de esta DANA. “Tenemos suerte de que hemos salvado la vida porque casi nos ahogamos”, admite una vecina.
Sus calles se han convertido en otro lodazal para el que se necesita maquinaria pesada.
El barro de las calles de Toledo también dejó atrapada a una mujer de 90 años sola en su casa. “Se subió arriba y en el balcón sus vecinos la tranquilizaron”.
Los pacientes de un centro de Salud tuvieron que salir corriendo porque “era una ola lo que venía”.
Ya más tranquilos, a todos les queda mucho trabajo por hacer. Mientras, algunos Ayuntamientos ya han avanzado que pedirá la declaración de zona catastrófica.